Jaime Luis Albores Téllez

Ruth Palmer descubrió a su “doble virtual” en los primeros días de enero del año antepasado, cuando una de sus amigas le mostró algunas fotos donde aparecían ella y sus amigos y familiares. Se dio cuenta que tenía una presencia muy activa en las principales redes sociales con todas sus fotos robadas. Su nombre falso, virtual, era Leah Palmer, y con este nombre inventado armaron una red de perfiles falsos que se comunicaban entre sí. En esas redes sociales aparecía Leah Palmer como una mujer sufrida, su marido —el esposo de Ruth Palmer— era un “psicótico ex” que mantenía relaciones online con varios hombres. Ruth con el supuesto nombre de Leah buscaba al hombre ideal para ella que tenía —en su perfil falso— veinticinco años, atractiva, soltera y que vivía en Dubai. Descubrió que tenía varias relaciones online con hombres de edades diferentes. Se comunicó, con todos los hombres con los que supuestamente tenían relaciones ella y su marido en las redes sociales, para desmentir ese perfil robado. Buscó hacerse visible junto con su marido para que los conocieran realmente, lo hizo a través de Skype, con cada uno de ellos. La mayoría se reían porque creían que todo era una broma. Uno de los aludidos les dijo, entre risas: “si es cierto lo que dicen, no se tomen la vida demasiado en serio; de todas maneras no saldrán vivos de ésta, todos nos vamos a morir…”. Ruth molesta por aparecer en las redes sociales con un perfil falso dio parte a las instancias que atienden el robo de datos personales. Como respuesta le dijeron que no podían hacer mucho porque no era un delito grave el robo de fotos y la creación de una historia falsa en las redes sociales. Que lo más seguro era que ya hubieran borrado esos perfiles, desde el momento en que fueron descubiertos por ella.

Nos podemos preguntar con esta historia qué habrá pasado con la vida de Ruth Palmer y la de su marido, con sus círculos: familiar y laboral, con el daño psicológico y el estrés provocado por alguien que les tenía, tal vez, odio, envidia, celos, o demás sentimientos. Y la verdad, no sabremos la respuesta tan fácil porque han desaparecido de todas las redes sociales, al igual que sus familiares y compañeros de trabajo. También por pura curiosidad, conociendo la historia de Ruth Palmer y sus consecuencias, ¿nos atreveríamos a buscar si tenemos un “doble virtual”? Si la respuesta es afirmativa porque sospechamos que algo parecido puede estar sucediéndonos, y nos creemos fuertes para afrontar todas las consecuencias y además no tenemos pánico de desaparecer de las redes sociales, hay un buscador de fotos llamado tineye.com en los que se puede subir una imagen y ver donde aparece en la red. Y si también la respuesta es sí por pura curiosidad, hay que recordar el dicho que dice “la curiosidad mató al gato”.

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