Entrevista con Jeffrey Weldon Uitti/Director de licenciatura en el ITAM
Armando Reyes Vigueras
Han sido días complejos desde que Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos. Sus continuos enfrentamientos lo mismo con gobiernos de otros países que con los servicios de inteligencia de su propia nación han sido materia para múltiples notas de prensa, incluso de los medios a los que ha criticado de difundir fake news o noticias falsas.
En paralelo, se construye —o se intenta hacer— la historia de su relación con Rusia. Michael Flynn, exasesor de Seguridad Nacional, tuvo que presentar su renuncia cuando una filtración demostró que se había reunido con el embajador de Rusia en Estados Unidos y mentido al vicepresidente y otros miembros del gabinete acerca del encuentro. En una situación similar se encuentra el fiscal Jeff Sessions, quien —pese a la crítica— ha recibido todo el respaldo de Trump.
En cerca de 40 días, han sido muchos elementos informativos los que han surgido de la presidencia del empresario. La relación con Rusia es una de las aristas de su paso por la Casa Blanca. Si esto es parte de una estrategia de gobierno o si es una muestra más del carácter del mandatario estadounidense, es algo que conviene repasar.
Trump, el impredecible
Siempre! platicó con el director de la licenciatura en ciencia política del ITAM, Jeffrey Weldon Uitti, quien además es egresado de la misma carrera por la Universidad de Washington. Para Weldon, el tema de Rusia es algo que causa extrañeza por la manera en que está siendo tratado tanto por los medios como por la clase política de Estados Unidos.
“De hecho, es raro que los más antirrusos, antes de 2015, eran los republicanos y los demócratas eran neutrales, pero esto ya cambió. Por ser republicanos, la derecha busca estar con Trump, piensan que Putin está bien, están a su favor, es una cosa muy interesante que se ha visto en las encuestas”.
Para el también investigador, el tema de la intervención rusa en las pasadas elecciones presidenciales estadounidenses es algo que se ha puesto en el centro de debate respecto a la administración Trump.
“Es importante el tema en algunos sentidos, a muchos en los Estados Unidos sí les preocupa lo que pasa en Europa del Este, Rusia quiere recuperar el terreno que perdió después de la Guerra Fría, de alguna forma eso sí es preocupante. Los republicanos tradicionales y muchos demócratas están preocupados acerca de lo que está pasando en términos de seguridad nacional, pero también están molestos por la intervención —lo cual está probado— de los rusos en la elección, por eso Putin se hizo enemigo de los demócratas, saben que sí se aceptó que fueron los rusos los responsables de lo de Wikileaks o la intromisión, eso sí es importante, se hizo relevante la presencia de Rusia en las elecciones”.

Jeffrey Weldon
Para Weldon, uno de los factores que más interesa a los analistas es la sorpresa que representó este tipo de acciones, pues en su opinión “fueron una influencia en la elección no esperada, no debió pasar eso”, lo cual movió las prioridades de la Unión Americana ya que “en términos reales sabemos que Corea del Norte representa más peligro para Estados Unidos que Rusia, pero estos últimos intervinieron en las elecciones, lo cual hace del tema algo importante”.
A lo anterior se suma el cambio de percepción respecto a Vladimir Putín y a Rusia. Weldon afirma que “los republicanos tienen mejor opinión de Rusia que antes, algunos de ellos, pero los suficientes para cambiarla entre los republicanos, pero no incluye a McCain, a Graham y otros senadores que siempre han tenido una posición diferente de Trump con Rusia”.
Cambio de gobierno
Jeffrey Weldon aseguró que estamos asistiendo a un escenario político en Estados Unidos en el que se está dando una intensa batalla para modificar la manera en que se gobierna dicho país.
“Es obvio que en la parte ideológica —con Steve Bannon y otros— sí están buscando otra forma de gobierno, mucho más populista, sin depender tanto de los partidos, en alguna forma autoritario en el sentido de que quieren que el Ejecutivo tome más decisiones directas”, señaló nuestro entrevistado.
Weldon agregó, “las dos visiones, el carácter de Trump y un proyecto de gobierno, se complementan muy bien. Una persona con ese carácter va muy bien con la intención de Bannon de tener un gobierno más autoritario, más antiinstitucional”, pero, alertó, “van a encontrar que hay instituciones a las que no pueden hacer a un lado, como el Congreso o la misma burocracia o los estados, los cuales están jugando un papel de verificación en contra del Ejecutivo como pasó con la primera orden ejecutiva de migración, pues fueron los propios estados los que la bloquearon”.
En esa línea, nuestro entrevistado consideró que es difícil que la presidencia de Trump pueda caer antes de tiempo, pero consideró que existen factores que podrían acelerar su finalización si no son manejados adecuadamente por el actual inquilino de la Casa Blanca.
“Creo que existe la posibilidad y se incrementa más, sobre todo con las revelaciones sobre Rusia, y siempre tendrá el peligro de que alguna cosa que hace a favor de sus empresas o de sus hijos podría causar muchas molestias, hasta que exijan que deje uno o el otro”.
Adicionalmente, Weldon se refirió a las resistencias internas que Trump enfrenta en estos momentos. “La parte que es más importante para efectos de que termine antes su mandato está en el Congreso, en donde hay una mayoría que o le tiene miedo o quieren aprovechar el momento, aunque no estén de acuerdo con lo que hace. Si el Congreso cambia, en 2018, en las elecciones intermedias y los demócratas obtienen la mayoría en alguna de las Cámaras, entonces sí veremos una mayor resistencia y van a exigir cosas, además de hacer investigaciones. Mientras tanto, es difícil porque la burocracia puede resistir como lo hace cualquier burocracia, la Corte puede intervenir sólo en ciertas instancias, pero el Congreso es el que puede interponerse en cualquier momento y bloquearlo, pero no están dispuestos a hacerlo para regular, pero eso puede cambiar rápido, en 2018 o en una circunstancia extraordinaria, lo que puede suceder en el caso de Rusia, pero aún no sabemos bien en qué están involucrados”.
En resumen, expone Jeffrey Weldon, “no sabemos qué es lo que va a pasar, no esperaba lo que hizo el sábado en la mañana (acusar a Obama de haberlo espiado), Trump ha dicho que le gusta ser impredecible, está jugando de esa forma porque le encanta, le gusta ver los efectos del caos que crea, estoy seguro de que cuando ataca a una empresa está checando al mismo tiempo cómo van sus acciones en la bolsa. El hecho de que es impredecible es lo que debemos esperar, no podemos decir algo más”.
Y México…
Para Jeffrey Weldon, la relación de Estados Unidos con México pasa por un momento difícil de describir: “No tengo idea de qué va a pasar con México, porque hay mucha presión dentro de su gabinete de hacer las cosas de una manera muy diferente a como las quieren Trump o Bannon en la Casa Blanca, el gabinete no está realmente de acuerdo en lo más fundamental del futuro de las relaciones entre Estados Unidos y México, pero veremos, va a ser una cosa de ponernos los cinturones de seguridad y esperar, porque no va a ser nada fácil por su mismo estilo, le gusta dar sorpresas todo el tiempo. En términos generales, va a ser difícil construir el muro como él decía, va a construir una parte y decir que ya lo hizo. Acerca del TLC no tengo idea, pero ya sabemos que van a haber negociaciones y discusiones, amenazas y todo lo demás, se deben enviar a los mejores negociadores para tener algo favorable para México o, de plano, salir. Es difícil saber qué podemos esperar de él”.
The Washington Post
Otro elemento que llama la atención es la labor que está realizando The Washington Post al difundir la información que ha provocado la renuncia de Michael Flynn y que ha puesto en aprietos a Jeff Sessions. El diario ha sido señalado por el propio Trump como uno de los que desinforman. El Post ha sido sacado de las conferencias de prensa de la Casa Blanca, lo que no ha impedido que el rotativo continúe con sus investigaciones sobre el presunto encubrimiento en el tema de las reuniones de miembros del equipo de Trump con funcionarios rusos antes de la toma de posesión. The Washington Post, cabe recordar, fue el protagonista de la investigación en el caso Watergate que terminó con la renuncia del presidente Richard Nixon.
El candidato de Manchuria
Tal es el título de la novela de Richard Condon de 1959 que narra la historia de un soldado que regresa de la Guerra de Corea para ser homenajeado como héroe, pese a que fue víctima de un lavado de cerebro que sufrió cuando fue capturado en una batalla. Su pertenencia a una familia de políticos conservadores le vale ser parte de una estrategia que busca aprovechar su fama para ganar un puesto de elección, solo que detrás de su repentino éxito y popularidad se encuentra un plan para convertir al presidente de Estados Unidos en un peón de los comunistas. La novela generó un par de películas que en español se titularon El mensajero del miedo, la primera en 1962 con Frank Sinatra como protagonista, y la segunda en 2004 con Denzel Washington. La idea de que un mandatario de la Unión Americana pueda ser manipulado por intereses extranjeros regresa a la plaza pública en el actual contexto con Trump asediado por el escándalo de la relación con Rusia.
Steve Bannon, el poder tras el trono
El influyente asesor presidencial tiene a cuestas una historia que ayuda a entender cómo se ha dibujado el proyecto de gobierno de Donald Trump. Bannon, en sus propias palabras, es representante de la Alt-Right, o derecha alternativa, que se basa en una férrea oposición a la migración y a la política tradicional, en contraste con su apoyo al nacionalismo económico. En contra, lleva a cuestas acusaciones de racismo, violencia doméstica y de oponerse a derechos identificados como de izquierda, como el aborto o la planificación familiar. Bannon fue de los primeros, en el entorno de Trump, en definir los medios de comunicación como el verdadero “partido de oposición”, además de criticarlos diciendo: “los medios tienen cero integridad, cero inteligencia y no trabajan duro”.
Misteriosas muertes de diplomáticos rusos
En medio de la polémica que centra a Rusia lo mismo en el hackeo de los correos electrónicos del equipo de campaña de Hillary Clinton que en las reuniones que miembros del equipo de Donald Trump sostuvieron antes de la toma de posesión, un hecho pasó inadvertido. Hablamos de la muerte de dos diplomáticos rusos en Estados Unidos, sin que se conozca exactamente la causa de los decesos. El 8 de noviembre del año pasado, en vísperas de las elecciones presidenciales, fue hallado muerto el cónsul de Rusia en Nueva York Sergei Krivov, sin que hasta el momento se conozcan las verdaderas causas de su fallecimiento. El 20 de febrero pasado, el embajador ruso ante Naciones Unidas, Vitaly Churkin, también moría aparentemente de un paro cardiaco. Tampoco se sabe qué sucedió realmente.