El día de hoy se conmemora el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, uno de los sectores de la población más vulnerables en nuestro país, ya que grupos de trabajadoras no cuentan con contratos, prestaciones ni con tabulados salariales que permitan dignificar su labor.

En la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (2013) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se destacan las siguientes cifras: a finales de 2013 había casi dos millones y medio de trabajadores y trabajadoras domésticas en México, de las cuales alrededor de 90 por ciento son mujeres. La mayoría de estas mujeres no gozan de los derechos laborales relativos a la seguridad social, ni de una alimentación y vivienda dignas. Adicional a lo anterior, destaca que sólo un cinco por ciento cuenta con secundaria.

Para el 2015, el INEGI refiere que 4.7% de la población ocupada en el país se dedica a la prestación de servicios domésticos. 186 mil 589 personas se dedican a cuidado de personas, 110 mil 160 se dedican a lavar y planchar, 56 mil 170 son choferes de casas particulares; mientras que 23 mil 958 se emplean como cocineros domésticos.

Con motivo de esta conmemoración el trabajo doméstico remunerado está regulado por el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el cual se establece: “Trabajo doméstico, es el trabajo realizado para o dentro de un hogar o varios hogares. Puede incluir tareas como limpiar la casa, cocinar, lavar y planchar ropa, el cuidado de niños, ancianos o enfermos, jardinería, vigilancia de la casa, desempeñarse como chofer de la familia, incluso cuidar animales domésticos. Una trabajadora o trabajador es toda persona que realice el trabajo doméstico dentro de una relación de trabajo”.

Partiendo de ese concepto, este tipo de trabajo requiere de un valor económico digno, así como no debería implicar una desvaloración ni mucho menos una vinculación directa con estereotipos de género ni con prácticas discriminatorias.

El 46% de quienes trabajan en diciembre del 2015, es decir, 15.6 millones de personas, no cotizaban a la seguridad social. De esos, 15.6 millones, 30.1% trabajaban en unidades económicas del sector informal, mientras que 14.5%, es decir, un total de 2.26 millones de personas estaban dedicadas al trabajo doméstico remunerado, esto es, de cada 100 personas empleadas en el sector informal, siete lo estaban en servicios en los hogares.

Los grupos menores de 18 años y de 60 años y más se tratan de grupos en condiciones especiales de vulnerabilidad, que tienen que trabajar sin las condiciones necesarias y en jornadas extenuantes.

Del total de trabajadoras en 2015 el 19.2% no tenían hijos, 29.3% tenían de 1 a 2 hijos, 39.1% tenía entre 3 y 5 hijos; y 7.2% tenían 6 hijos o más.

[gdlr_video url=”https://www.youtube.com/watch?v=3YMD9lVSyg0″ ]

 

Derechos laborales sin reconocimiento 

Especialistas han señalado que las autoridades no han tenido “sensibilidad” ni “voluntad política” para reconocer los derechos laborales de las trabajadoras del hogar, ya que no se ha ratificado el Convenio 189 de la OIT, con la cual se reformaría la Ley Federal del Trabajo para establecer la jornada de ocho horas, la obligación de un contrato y el acceso a la seguridad social.

La OIT y la Oficina en México de Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), llamaron a las autoridades mexicanas a mejorar la situación de las empleadas.

Las labores del hogar se encuentran en situación de “total desamparo”, debido a que no cuentan con ningún tipo de seguridad social, manifestó Kenya Sánchez Zepeda, investigadora de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM.

“Mientras no tengamos una legislación que regule esta labor mediante la ratificación del Convenio 189 de la OIT, no vamos a poder tener un cambio en las dinámicas sociales. Sin un cuerpo normativo es muy difícil que puedan generarse acciones a favor de las trabajadoras del hogar. Debemos seguir promoviendo que esta labor sea visibilizada”.

[gdlr_video url=”https://youtu.be/NqVbPRzqA28″]