El presidente estadounidense Donald Trump firmó un nuevo decreto migratorio. En realidad se trata del mismo que presentó a finales de enero, sólo que en esta ocasión excluyó a Irak, y mantuvo la restricción a migrantes y refugiados de Libia, Somalia, Sudán, Siria, Yemen, y por supuesto, a Irán. La asesora presidencial Kellyanne Conway informó que esta nueva orden entrará en vigor a partir del 16 de marzo próximo.

Conway confirmó que los residentes legales permanentes y quienes tengan visa vigente estarán excluidos del decreto y explicó que “Irak ya no está en la lista a causa de sus mejoras en los procedimientos de verificación y de sus medidas de transmisión de información”.

Por el contrario, las personas provenientes de Sudán, Siria, Irán, Libia, Somalia y Yemen que carezcan de visas válidas actualmente, “no podrán viajar a Estados Unidos durante 90 días”. Asimismo, confirmó que “los refugiados sirios serán ahora tratados como los demás refugiados”.

El secretario de Estado, Rex Tillerson, calificó la decisión como una “medida vital” para la seguridad nacional estadounidense y una “solemne responsabilidad del presidente para proteger a los estadounidenses”. Para el secretario de Justicia y Fiscal General, Jeff Sessions, se trata de un nuevo decreto que “proporcionará una necesaria pausa para que podamos revisar el actual escrutinio de las personas que vienen desde países que nos preocupan”. Por su parte, el secretario de Seguridad Interior, John Kelly, lo destacó diciendo que “hará que este país sea más seguro y además atenderá viejas preocupaciones sobre la seguridad de nuestro sistema de migración”.

Mientras tanto, dirigente demócrata en el Senado, Chuck Schumer, señaló que la nueva propuesta es  “anti-estadounidense”. Nancy Pelosi, líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, aseguró que “no ha hecho nada para cambiar los objetivos inmorales, inconstitucionales y peligrosos de su prohibición a los musulmanes y los refugiados”.

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