Fuerte libertad de expresión

Amando Basurto

Habría que poner el problema de la “guerra de Donald Trump contra los medios” en su dimensión real. El presidente estadounidense ha reiterado que los medios de información tradicionales (The New York Times, The Washington Post, CNN por ejemplo) son medios deshonestos y que sus reportes son fake news (a pesar de confirmar que la Casa Blanca tiene un grave un problema de filtraciones de información “real”). Últimamente los corresponsales a la Casa Blanca de estos medios han sido “desinvitados” a las ruedas de prensa presidenciales.

Amando Basurto

Esta maniobra para quitar peso a los inexpertos y descoordinados que hoy se encargan de comunicación de la presidencia no es ilegal ni necesariamente implica censura. La Casa Blanca está en su derecho a hacerlo mientras asuma responsabilidad y pague los “platos rotos” en términos de imagen. Esto no quiere decir que la administración no se atreva en un futuro a ejercer alguna acción de represalia contra los medios y los intente seriamente censurar.

Sin embargo, la historia reciente muestra que será muy difícil que la administración Trump logre acallar a la prensa, no sólo por una fuerte tradición de libertad de expresión sino porque los republicanos en posiciones de representación popular, cuya base electoral no sea sólida, pueden perder terreno ante una embestida de opinión pública. Dicho esto, no creo que la “censura” Trump pueda extenderse mucho más de lo que es hoy, y mucho menos a otros países (más que en forma de grosera confrontación como sucedió con Univisión).

Profesor de la State University of New York y doctorado en política por la New School for Social Research.

Twitter Revista Siempre