Por Manuel Nava

ACAPULCO, Gro. La ceremonia inaugural de la edición 42 del Tianguis Turístico, sirvió para resaltar el comportamiento positivo de este segmento económico y ponderarlo como un “motor del crecimiento económico de empleo y desarrollo social.

Si bien no puede negarse que el sector turístico se encuentra en buen momento, tampoco podrían echarse campanas al vuelo cuando aún existe una problemática no resuelta, al menos en el caso de Guerrero, que limita la sustentabilidad de los números y resultados positivos de que tanto se habló.

Durante décadas se habló de las consecuencias nocivas en las ciudades turísticas por la falta de planeación, desbordando la capacidad de los gobiernos municipales para responder al crecimiento explosivo en la demanda de servicios públicos —agua, energía eléctrica, alumbrado público, saneamiento básico, vialidad y seguridad pública entre otros—, pero en la última se adicionó el factor de la violencia derivada de la actividad de grupos delincuenciales.

Los resultados no se han dejado esperar, y se ha dado una disminución, muy marcada, en el número de turistas que nos visitan. Esta situación también ha afectado a Ixtapa, a Zihuatanejo y a Taxco.

Resalta Acapulco por ser una ciudad emblemática de esta actividad económica y en un tiempo se llegó a considerar la ventana de México al mundo, además de que el turismo es la columna vertebral de la economía de la entidad.

Punto de inflexión

En realidad, el punto de inflexión de la actividad turística en la entidad se inició hace más de tres décadas. La inseguridad y las movilizaciones sociales violentas que se vivieron durante el periodo 2012-2015, son algunos de varios factores que conforman esta crisis económica y la lista que se anexa podría extenderse aún más:

A mediados de los setentas, la contaminación de la bahía de Acapulco debido a las múltiples descargas de aguas negras clandestinas o formales, fue el eje central de un bache en la afluencia de paseantes. La vía de solución que planteó el entonces gobernador Rubén Figueroa Figueroa, fue el desplazar a un gran sector social del anfiteatro a una zona de humedales como lo es Ciudad Renacimiento.

A partir de ello se hizo notar otro problema: las insuficientes plantas de tratamiento de aguas residuales; las plantas existentes sin funcionar por falta de presupuesto y, sobre todo, por falta de interés de las autoridades municipales. Las fuentes de alimentación de paseantes también forma parte de esta problemática.

Sionismo y el turismo

En 1975, las estructuras de la actividad turística en Guerrero, y particularmente en Acapulco, crujieron cuando ante la moción en la Tercera Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea de la ONU equiparó al Sionismo con una forma de racismo y Luis Echeverría, entonces de presidente de la República dio la orden de votar a favor.

La reacción de las principales y más influyentes organizaciones judías en Estados Unidos no se hizo esperar. Declararon que si México consideraba el Sionismo como una forma de racismo, se colocaba entre los países que aborrecían a los judíos, y por ello se abstendrían de venir a hacer turismo y así lo promoverían entre sus miembros. Acapulco entonces se quedó vacío.

Correspondió a José López Portillo, como presidente del país superar este diferendo político diplomático y por primera vez un jefe de estado israelí viajó a México.

Durante ese mandato presidencial, Acapulco tuvo un repunte. Se construyeron el Centro Internacional Acapulco, el Parque Papagayo, el Centro Internacional de Convivencia Infantil (CICI) y se dispuso de una alta oferta de asientos de avión que conectó a este destino con las principales de Estados Unidos y Canadá además de centros urbanos importantes en el país como Guadalajara, Monterrey y Puebla.

Al finalizar el periodo de Miguel de la Madrid, sobrevino la quiebra de Aeroméxico decretada el 17 de abril de 1988 y la oferta de asientos de avión se redujo drásticamente.

Más recientemente, el 4 de abril de 2014, la juez rectora del concurso mercantil de Mexicana de Aviación, Edith Alarcón, declaró la quiebra de la aerolínea y de sus filiales Link y Click, agudizando la reducción en la oferta de vuelos hacia Acapulco.

Un año antes, los huracanes Ingrid y Manuel cubrieron la totalidad del territorio guerrerense y buena franja de la ciudad de Acapulco fue afectada. Los problemas de falta de planeación urbana y corrupción de autoridades, se hicieron evidentes como puntos de origen de la tragedia a que se vieron sometido miles de familias. Un desorden urbano que a la fecha no tiene compostura y continúa agravándose.

En suma, la falta de política de promoción turística, la inseguridad pública, la anarquía urbana y una prestación de servicios públicos estratégicos cada vez más deficiente, vuelven sumamente frágil a este segmento como solución a una crisis económica que no parece tener fin. Una cosa es un buen momento que vive el turismo y otra cosa es que se tengan las condiciones para el desarrollo económico.