A lo largo del siglo XXI, Corea del Norte intensificó sus programas militares tanto nucleares como balísticos. El más reciente fue el lanzamiento de cuatro misiles desde plataformas terrestre y otros desde submarinos que alcanzaron la zona exclusiva marítima de Japón, lo que ocasionó que pidiera sanciones internacionales contra el régimen norcoreano. Este martes, el Pentágono ordenó la inmediata movilización del portaaviones USS Carl Vinson y su grupo de ataque hacia las aguas que rodean la península coreana en medio de la creciente tensión con el régimen de Pyongyang.

Norcorea reaccionó advirtiendo que “tomará duras medidas por las acciones ofensivas y provocaciones tras el envío de flotas estadounidenses a la península coreana. Corea del Norte tomará las medidas más duras ante las provocaciones para defendernos con la poderosa fuerza de las armas”.

“La grave situación prevaleciente demuestra una vez más que [Corea del Norte] fue totalmente justo cuando aumentó en todos los sentidos sus capacidades militares de autodefensa y ataque preventivo con una fuerza nuclear como pivote”, añadió el portavoz del ministerio. “Si Estados Unidos se atreve a optar por una acción militar, como un ‘ataque preventivo’ o la ‘remoción del cuartel general’, Corea del Norte está lista a actuar en cualquier tipo de guerra deseada por Estados Unidos”, añadió.

Asimismo, el régimen Pyongyang calificó las acciones de Estados Unidos como “dementes”, así como su intención de invadir Corea del Norte, las cuales consideró que “han llegado a una fase crítica”. “La decisión de la administración Trump de desplegar en el sur de la península coreana un grupo de ataque tras otro no afectará (el desarrollo) de nuestro país”, advirtió el Ministerio, añadiendo que Pionyang “está preparado para cualquier guerra desatada” por Washington, y que la nación norteamericana “será responsable de las devastadoras consecuencias de sus indignantes actos”.

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