Soberanía y dignidad nacional
Humberto Musacchio
Mientras Donald Trump nos insulta un día sí y otro también, avanza el propósito de meter a nuestras fuerzas armadas en alianzas y actividades dizque multinacionales, pero siempre bajo la égida del poderoso vecino del norte.
En esa línea, acaba de celebrarse en Cozumel, Quintana Roo, la Conferencia de Seguridad de Centroamérica, “organizada por las secretarías de Defensa Nacional y de Marina, con el copatrocinio de los comandos Norte y Sur de Estados Unidos” (nota del reportero Jesús Aranda en La Jornada, 26/IV/2017).
Durante esa reunión se puso sobre el tapete un proyecto “muy importante” para que las fuerzas armadas de México y Guatemala, con el apoyo de Estados Unidos, realicen en nuestra frontera sur “patrullajes terrestres, aéreos y de reconocimiento para el intercambio de información e inteligencia para combatir el crimen organizado”. Lo anterior fue informado no por el país sede, México, sino por el general Juan Manuel Pérez Ramírez, jefe del Estado Mayor de la Defensa de Guatemala.
Se trata de un proyecto en el que “se ha venido trabajando desde hace más de cinco años”, según el militar guatemalteco, quien explicó que además del intercambio de información, se trabaja en la “estandarización de protocolos y procedimientos para realizar operaciones de interdicción con el apoyo de tecnología e inteligencia del Comando Sur” (de Estados Unidos, por supuesto).
Las reuniones realizadas, dijo Pérez Ramírez, “son encuentros estratégicos y claves para afinar los mecanismos, rutas de migrantes, contrabando de ganado, la utilización de personas para el paso de droga. La ausencia del Estado no es un secreto en Guatemala. Con estas reuniones tratamos —agregó el mílite chapín— de estar mejor organizados para generar gobernabilidad y restarle fuerza al crimen organizado”.
Es muy grave que en una reunión pública, un alto jefe militar diga que en su país hay “ausencia del Estado”, pues eso implica un desconocimiento de facto de las instituciones. Pero si tal es el caso de Guatemala, de ninguna manera puede aceptarse que lo sea el de México, por mucho que los dos últimos gobiernos hayan evidenciado una lamentable incapacidad para ejercer con tino sus atribuciones constitucionales.
En suma, México debe desligarse de esas alianzas militares, no inmiscuirse en proyectos multinacionales donde no esté en un plano de igualdad y por supuesto rechazar todo acuerdo donde nuestros militares queden bajo las órdenes de un poder extranjero, en este caso de Estados Unidos. Es un asunto de soberanía y dignidad nacional. Así de simple.