La administración de Donald Trump está cumpliendo su promesa de detener la inmigración ilegal al incrementar el número de deportaciones de indocumentados, aunque estos tengan o no antecedentes penales, al incrementar en 32.6% el número de éstas.

De acuerdo a una nota de The Washington Post, la Agencia de Inmigración y Aduanas, ICE por sus siglas en inglés, arrestó a más de 21 mil inmigrantes en los tres primeros meses del año, en comparación con los 16 mil que fueron detenidos el mismo periodo del año pasado, siendo las ciudades de Dallas, Atlanta y Houston en donde ocurrieron la mayor parte de las detenciones.

De acuerdo al diario estadounidense, es un hecho que el gobierno de Trump ha dejado de lado la política de expulsar a inmigrantes con antecedentes delictivos, como sucedió en la administración Obama, para incluir a quienes no habían cometido alguna falta, de los cuales han sido detenidas más de 5 mil personas sin registros criminales.
La opinión ciudadana en la Unión Americana está en contra de este tipo de operativos, de acuerdo al rotativo, favoreciendo una legalización de indocumentados, en momentos en que ha aumentado el número de detenciones de quienes no tienen antecedentes penales, lo que contradice una declaración reciente de John Kelly, secretario de seguridad Interior, en el sentido de que ICE se enfocará en inmigrantes que tengan antecedentes delictivos que representen una amenaza para la seguridad de Estados Unidos.
No obstante, las cifras reportadas no igualan lo hecho por Barack Obama en la materia, quien durante el primero trimestre de 2014 deportó a más de 29 mil ilegales, 7 mil 400 sin antecedentes criminales.
Adicionalmente, el sistema judicial del vecino del norte no está ofreciendo protección para los inmigrantes indocumentados y como ejemplo se tiene el caso del rechazo a una apelación de un grupo de madres y menores centroamericanos quienes solicitaron asilo debido a la violencia de género que viven en sus países, decisión que fue reprobada por la la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), y Amnistía Internacional.

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