“La historia está construida a partir de la memoria colectiva, y está mal olvidarla o alterarla”, son las palabras que ofreció el escritor japonés, Haruki Murakami, al dar a conocer su nueva publicación “Kishi dancho Koroshi (Matar al comendador)”, novela que ha provocado largas filas de fanáticos del escritor nipón en las librerías de Tokio.
Con un precio de 1.800 yenes (15 euros), la obra número 14 del aspirante al Nobel de Literatura, muestra dos importantes episodios históricos: la anexión de Austria por la Alemania nazi y la matanza en la ciudad china de Nanjing ejecutada por el ejército imperial japonés en 1937.
Antes de la llegada del volumen a las editoriales, Murakami, de 68 años de edad, mantuvo en secreto todo detalle de la obra, causando más expectativa a sus lectores. En su momento solo reconoció que sería “una historia rara”, y así arranca la novela con la historia de “Yo” un desconocido pintor de retratos que se muda a una vieja casa en la montaña después de separarse de su mujer. Allí encuentra un cuadro pintado por el anterior inquilino, que lleva por título Matar al comendador. Con la aparición del cuadro y de un nuevo vecino, Menshiki, comienzan a desencadenarse una serie de eventos extraños.
La publicación compuesta por dos volúmenes, de editorial Shinchosha, cuenta con un tiraje inicial de un millón 300 mil ejemplares, sin embargo, los lectores hispanos tendrán que esperar por un ejemplar, ya que hasta el momento no hay traducción al castellano.
Recuperar la narración en primera persona, fue uno de los objetivos de Murakami, “es un estilo con el que me siento cómodo, y que, además de hablar de la sensación de pérdida, es una constante en mi obra, también he querido tocar esta vez la idea de volver a nacer”, así lo argumento ante diversos medios nipones.
Haruki Muraki, es uno de los pocos autores japoneses que ha dado el salto de escritor de culto a autor de prestigio y grandes ventas tanto en su país como en el exterior.
En 1986, con el enorme éxito de su novela Norwegian Wood, abandonó Japón para vivir en Europa y América, pero regresó a Japón en 1995 tras el terremoto de Kōbe, donde pasó su infancia, y el ataque de gas sarín que la secta Aum Shinrikyo (La Verdad Suprema) perpetró en el metro de Tokio. Más tarde Murakami escribiría sobre ambos sucesos.
La ficción de Murakami, que a menudo es tachada de literatura pop por las autoridades literarias japonesas, es humorística y surreal, y al mismo tiempo refleja la soledad y el ansia de amor en un modo que conmueve a lectores tanto orientales como occidentales. Dibuja un mundo de oscilaciones permanentes, entre lo real y lo onírico, entre el gozo y la obscuridad, que ha seducido a Occidente. Cabe destacar la influencia de los autores que ha traducido, como Raymond Carver, F. Scott Fitzgerald o John Irving, a los que considera sus maestros.
Murakami ha publicado una recopilación de relatos titulada Hombres sin mujeres (2015, Tusquets) y el ensayo De qué hablo cuando hablo de escribir (2017, Tusquets). Pero esta es su primera novela larga desde Los años de peregrinación del chico sin color (2013).
“Ahora que estoy en una edad en la que pienso cuántas novelas más podré escribir, reflexiono más sobre lo que voy a dejar tras de mi”, señaló Murakami.
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