México, alto consumidor de alimentos procesados

En el marco de Semana Mundial de la Concientización sobre la Sal, especialistas de El Poder del Consumidor destacan la necesidad que se modifique la regulación del etiquetado frontal en México y la regulación sobre la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia, a fin de combatir el alto consumo de sal entre la población mexicana.

Los mexicanos consumen entre siete y nueve gramos de sal promedio al día, mientras que la Organización Mundial de la Salud recomienda, con base en evidencia científica, que los adultos consuman menos de cinco gramos de sal (equivalentes a dos gramos de sodio) al día.

Hoy, jóvenes con hipertensión arterial

El alto consumo de sal eleva el riesgo de hipertensión arterial, condición que aumenta el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares como infartos y accidentes cerebrovasculares.

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2016, la prevalencia de hipertensión arterial en adultos de 20 o más años es de 25.5 por ciento y el 40 por ciento de las personas con esta condición desconocía que padecía esta enfermedad.

Datos muestran que hasta hace poco más de una década, la hipertensión arterial afectaba solo a personas mayores de 40 años de edad. Hoy en día, a causa de cambios en los hábitos de alimentación y el aumento del sobrepeso y la obesidad, también está presente en más de 16 por ciento de los jóvenes de 20 a 29 años y solo alrededor de una tercera parte de ellos saben que tienen esta enfermedad.

Fiorella Espinosa, coordinadora de investigación en salud de El Poder del Consumidor, explicó que combatir el consumo de sal es una medida clave para reducir la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares que son la primera causa de muerte en México, responsable de más de 162 mil 837 defunciones al año. En 2015, 128 mil 731 mexicanos fallecieron por enfermedades cardiacas y 34 mil 106 por enfermedades cerebrovasculares.

Uno de los principales problemas asociados al consumo de sal es que una gran parte de la sal que consumimos se encuentra oculta en productos ultraprocesados, como botanas, quesos, embutidos, salsas de tomate industrializadas, sopas instantáneas y la comida rápida. Incluso, hay muchos productos que aunque no tengan un sabor salado, contribuyen al alto consumo de sal, como los cereales de caja, pan empaquetado e incluso los refrescos.

Una gran parte de la sal que consumimos se encuentra oculta en los productos ultraprocesados.

World Action on Salt and Health estima que, en el ámbito internacional, el 75 por ciento de la sal está oculta en la comida industrializada.

Además, según la Organización Panamericana de la Salud, México es uno de los más grandes consumidores de productos ultraprocesados en el mundo.

Ante este panorama, Fiorella Espinosa señaló que es urgente que México implemente medidas como un etiquetado frontal de advertencia y una regulación contra la publicidad de alimentos y bebidas dirigidas a la infancia que realmente protejan a la población, sobre todo a los niños y adolescentes contra los daños del alto consumo de sal.

 

Escasa información al consumidor

En México, tenemos un etiquetado del que sólo 13.8 por ciento de la población reportó que es “muy comprensible”, por lo cual es difícil para gran parte de los consumidores identificar si un producto es alto en sal y si debe de limitar su consumo. Por ejemplo, muchas de las botanas saladas altamente consumidas en México como Barcel Takis Fuego, Doritos sabor Flamin’ Hot y Barcel Hot Nuts, así como otros productos altamente consumidos por los niños como leches saborizadas, cereales de caja y sopas de pasta listas para preparar, contienen altas cantidades de sal y no tienen un etiquetado que transmita esta información al consumidor.

Además, el hecho de que en México la regulación de publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia en televisión no la prohíbe, tanto niños como adolescentes siguen estando expuestos a la publicidad de productos y comida rápida altamente salada.

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