En 2002 las cenizas de Luis Barragán fueron exhumadas e inhumadas en La Rotonda de los Jaliscienses Ilustres. En ese entonces, el sobrino de Barragán y patriarca de la familia, Hugo Barragán Hermosillo, aceptó la propuesta por la artista estadounidense Jill Magid, de realizar una obra de arte que incluye un diamante genuino, producido con parte de los restos incinerados de uno de los arquitectos más importantes del siglo XX.

Dicha pieza realizada a finales del 2016, desató una serie de criticas debido a la decisión del titular de Difusión Cultural de la UNAM, Jorge Volpi, de montar la exposición Jill Magid: Una carta siempre llega a su destino. Los Archivos Barragán, en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), integrada –entre otras piezas- por el anillo de compromiso (The Proposal).

“El MUAC abrirá sus puertas al legado del arquitecto Luis Barragán a partir del 27 de abril. Fue decisión colegiada y aprobada por integrantes del Comité Curatorial y de Programación, así como por el Consejo Académico del Museo”, así lo refirió el también escritor en rueda de prensa, en respuesta a la misiva envida hace un par de meses, por más de 70 integrantes de la comunidad cultural, como parte de su rechazo ante dicha exposición que, según ellos, busca proliferar un mito para la ganancia económica privada de la artista Jill Magid y su galería.

A pesar de las inconformidades, Volpi indicó que en la Universidad no puede haber actos de censura, por lo que no se podrá ir en contra de la opinión de los expertos que aprobaron una exposición: “aunque para otros les parezca incorrecta o correcta, la muestra no será cancelada”.

El valor de traer la exposición, según información del MUAC, es similar a otras exposiciones que se han montado en México. Jill Magid: Una carta siempre llega a su destino, costará un poco más de un millón de pesos, entre los que se incluyen 13 mil 900 pesos de honorarios para la artista y 209 mil 640 pesos de transporte de obra. 

Por otro lado, la muestra fue propuesta por los curadores del MUAC, Cuauhtémoc Medina y Alejandra Labastida a principios del año pasado, proyecto que fue aprobado el 20 de octubre de 2016 durante la segunda sesión anual del Comité Curatorial y de programación de ese recinto.

En cuanto a la artista conceptual y escritora Jill Magid, se explicó que plantea en la muestra preguntas esenciales sobre las consecuencias e implicaciones de que un legado cultural se convierta en propiedad privada corporativa y sobre las ramificaciones de su mercantilización en términos de afecto erótico o nacionalista, ya que hasta el momento se sabe, que el deseo de Magid de realizar el anillo de compromiso con cenizas del arquitecto mexicano, fue a partir de explorar los rumores sobre el presidente de Vitra, Rolf Fehlbaum, quien compraría el archivo profesional de Luis Barragán, incluyendo los derechos de su nombre y su obra, para ofrecerlos como regalo de compromiso a su entonces prometida Federica Zanco, actual directora de la Fundación Barragán, lo cual también provocaría que el archivo permaneciera cerrado al público y en estricto resguardo. Dicha pieza de diamante, seria el intercambio con Zanco para recuperar el legado de Luis Barragán.

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