Bastión inexpugnable del PRI

Alfredo Ríos Camarena

Sin duda, el tema más importante en la política electoral de este año será la elección para gobernador en el Estado de México, la entidad federativa con mayor población y, en consecuencia, con mayores distritos electorales y también con uno de los presupuestos más importantes.

Históricamente ha sido el bastión inexpugnable del PRI, que ha mantenido esta gubernatura emblemática, que fue el punto de partida para el retorno de este partido a la Presidencia de la República.

El voto mexiquense está disperso porque existe un número grande de candidatos con una experiencia política reconocida en el estado: Óscar González Yáñez del PT, que fue presidente municipal de Metepec; Juan Zepeda del PRD, que gobernó Nezahualcóyotl; Delfina Gómez, expresidenta municipal de Texcoco; Alfredo del Mazo, quien gobernó Huixquilucan; Josefina Vázquez Mota, excandidata presidencial, sin antecedentes electorales en el estado, y la candidata independiente Teresa Castell de Oro. Todos ellos participaron en un debate televisivo que sigue realizándose bajo un formato rígido y acartonado, en el que no se puede apreciar la capacidad de debate de los participantes, quienes solo hacen apología de su trabajo, de sus aspiraciones y de sus proyectos.

El debate no emocionó a los votantes, ni tuvo mayores expresiones que realmente puedan ser determinantes para el voto el día de los comicios.

La candidata independiente Teresa Castell de Oro, que, a pesar de sus nulas posibilidades, logró una presencia destacada, ya que puso en la mesa: “ustedes los partidos y yo la independiente”.

La realidad es que en esta jornada que se aproxima se va a definir el futuro de la elección presidencial: si Morena ganara, la cargada se iría hacia la candidatura de López Obrador, que en los últimos días ha perdido fuerza, por la entrega de dinero de origen inexplicable a la campaña de una de sus candidatas en Las Choapas, Veracruz, la diputada con licencia Eva Cadena, que repitió la vieja historia de las ligas, ahora convertidas en bolsas.

Si el triunfo fuera para Acción Nacional, crecería la posibilidad remota de que obtuviera, una vez más, la Presidencia de la República.

El PRI está jugando —con toda su fuerza federal y local— para obtener la victoria, y si gana del Mazo no aseguraría el triunfo en 2018, pero sí establecería una posibilidad de repetir en la Presidencia de la República, lo que hoy se ve lejano.

Los otros participantes son meramente testimoniales, aunque le quitarán posibilidades a Morena, tanto el PT como el PRD; lo que está claro es que para el PRI es definitiva esta elección y no va a perderla; para ello, empleará la capacidad política del gobernador Eruviel Ávila, los programas federales y recursos económicos y políticos.

Esta es la estrategia que seguramente se utilizará en 2018: dispersión del voto, evitar alianzas, consolidar sus relaciones con los partidos cercanos y utilizar su vieja experiencia el día de la elección.

Es probable que si Vázquez Mota se cae la elección se defina entre Morena y el PRI, pues, hasta hoy, las encuestas dan un empate técnico entre estos dos partidos y sitúan un poco más abajo a la candidata del PAN. Así va a ser el resultado final; no se obtendrá el triunfo holgado que tuvieron Eruviel Ávila y Enrique Peña Nieto a quienes, por cierto, González Yáñez amenazó con encarcelar en el mencionado debate.

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