Tiene nombre y apellido: Alejandra Sota

José Luis Camacho Acevedo

La competencia en las próximas elecciones del 5 de junio será muy cerrada, por ello la estrategia de campaña de cada uno de los candidatos debe estar muy bien planeada y fundamentada.

En el caso de la campaña de Alfredo del Mazo, la elegida para llevar a cabo esta función fue Alejandra Sota Mirafuentes, a quien todos recordamos por parte del equipo de Felipe Calderón desde antes de llegar a la Presidencia de la República.

La Sota, como se le conoce, perteneció al equipo Calderón-Zavala, pero se sabe que a pesar de la cercanía no contaba con la total confianza de su entonces jefe para ser la encargada directa de la relación con los medios de comunicación.

Dicen los más experimentados políticos del PRI mexiquense, que las apariciones de Alejandra Sota en campañas asesorando a candidatos del tricolor han sido fracasos muy fuertes. Su última hazaña fue lograr que el PRI perdiera la gubernatura de Chihuahua ante el PAN y en Ciudad Juárez ante un independiente.

Y es que Alejandra Sota ha cometido errores imperdonables en su campaña actual, por ejemplo, el día del registro del priista como candidato ante la autoridad electoral no mandó a nadie a cubrir el evento, por ello el exgobernador Eruviel Ávila tuvo que salir avante y mandó a gente de su equipo.

Otra señal de alerta que se avizora, es que Alfredo del Mazo inició su campaña con un spot que explota imágenes oficiales de los gobiernos federal y del Estado de México, algo que podría traerle problemas en el futuro porque la Ley de Delitos Electorales dice se impondrá́ prisión al candidato que aproveche fondos, bienes o servicios públicos.

Esto preocupa a muchos priistas, como el actual gobernador Eruviel Ávila, que tenía puestas sus esperanzas en los resultados de las elecciones de la entidad, con el fin de ser elegido como candidato presidenciable. Pero las cosas no se han dado como él esperaba, la contienda está muy cerrada.

Por eso preocupa que gente tan cercana al equipo de Calderón sea ahora la que lleve la estrategia de comunicación del candidato priista. Y hablando del expresidente, es otro que no ayuda, pero cómo perjudica las campañas de Josefina Vázquez Mota y de su esposa Margarita.

Ya lo borró, pero Calderón en su cuenta de Twitter hizo una mención ofensiva para el nombre de la maestra Delfina Gómez, candidata de Morena, a quien le preguntaba que si su nombre era propio o si de esa manera la llamaba el que la promovió como candidata, en referencia clara a Andrés Manuel López Obrador. La condena en redes sociales ha sido muy dura y la respuesta de Calderón a sus críticos fue en otro tuit que decía: “Ya serénense #PejeChairos.”

Esa es la escuela de Alejandra Sota, a quien también le cuestionan que no se haya acercado a los grupos de poder priistas, ya que no han sido trabajados debidamente para promover la unidad, y que la estratega ni siquiera los conoce ni físicamente, mucho menos sus campos de interés.

Alejandra cobró fama cuando filtró las conversaciones de Purificación Carpinteyro en donde ella y Javier Lozano pedían la cabeza de Carmen Aristegui a Joaquín Vargas. Quizás en represalia por la información que Daniel Lizarraga publicó sobre Sota Mirafuentes, una de ellas sobre los contratos millonarios que ella y sus amigos obtuvieron del gobierno federal.

Otra es cuando se dio a conocer que Alejandra Sota fue a Harvard sin contar con título de licenciatura, ya que aún no había concluido la carrera de ciencia política en el ITAM.