Entrevista con Edgardo Buscaglia/especialista en seguridad

Gerardo Yong

A finales de enero, los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump y de México, Enrique Peña Nieto, sostuvieron una conversación telefónica. Muchos analistas comentaron que se trató más bien una forma de presión de parte del magnate sobre el mandatario mexicano, que un telefonema para estimular una relación bilateral cordial.

Otros se fueron al extremo de asegurar que se trataba de una amenaza de intervencionismo con tropas incluidas para mostrar una actitud fuerte y pendenciera, la cual ha sido una característica común de su estilo de hacer negocios y ahora de su política actual.

Se habló de “Bad hombres”, término con el que el gobernante rubio se refería a los criminales que operan en México. Las cosas no estaban nada bien para ambos países, pues desde su llegada al poder el 20 de enero, Trump sólo había estado presionando a México desde diversos frentes, uno de ellos era el tema de la construcción del muro fronterizo que además sería financiado con dinero mexicano, la intensificación de las deportaciones de indocumentados, así como la posible eliminación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), argumentando que éste sólo ha sido de provecho para México ya que, según él, obtuvo un superávit de más de cincuenta mil millones de dólares.

Casi tres meses después, dos de los más buscados ex políticos mexicanos: Tomás Yarrington y Javier Duarte, ex gobernadores de Tamaulipas y Veracruz, respectivamente, fueron localizados y capturados a más de un año de estar prófugos. Ambos están acusado de crimen organizado, fraude y lavado de dinero, entre otros cargos. Estos dos políticos amasaron también un fortuna de procedencia ilegal.

Tras su detención, aquella llamada entre Trump y Peña Nieto cobró nueva importancia sobre todo en la parte donde el mandatario estadounidense afirma que: “Ustedes tienen muchos hombres rudos en México con los que quizá necesitan ayuda. Nosotros estamos dispuestos a ayudarlos… ellos tiene que ser puestos fuera de combate, y ustedes no han hecho un buen trabajo haciéndolo”. La pregunta que queda en el aire es si estas dos detenciones fueron producto de algún tipo de ayuda proveniente de Estados Unidos y en todo caso, porqué.

En entrevista con el director del International Law and Economic Development Center, Edgardo Buscaglia y especialista en seguridad, que afirma que las presiones que ejerce Estados Unidos a México son un forma a veces sutil y en ocasiones directa, de buscar un cambio en las tendencias del sistema político nacional. Agregó que los sistemas de inteligencia estadounidenses conocen muy bien el modus operandi de los políticos mexicanos, que se encubren en las cortinas de la corrupción y que, a final de cuentas, es una debilidad a la hora en que se busca negociar algún tema de interés bilateral.

Nos habló sobre las perspectivas políticas de cara a las elecciones del 2018 y hasta cómo afectan los vicios políticos e ideológicos a la construcción de una sociedad abierta y transparente. Esta es la entrevista que concedió a Siempre! vía telefónica desde Turquía.

¿Qué opinión tiene de las presiones que ejerce Donald Trump y el trasfondo que tienen sobre México?

Es más bien una política de guantes de seda de pagos contra México. Los intereses económicos son siempre muy poderosos y lo siguen siendo. El Departamento de Estado norteamericano siempre argumentaba que cualquier tipo de presión por parte de los cadetes del Departamento de Justicia o los agentes de la DEA podían llegar a verificar los estados de gobiernos tan amigos económicamente hablando de Estados Unidos.

El criterio del Departamento de Estado siempre ha prevalecido, los departamentos de Estado han significado orden, como ustedes saben; cortes presupuestarios enormes de más de 20%. Un secretario de Estado como Rex Tillerson es más bien una figurita diplomática que, aunque tiene experiencia en negocios y es un hombre inteligente, no parece tenerla para estar al frente de esa institución.

Además los secretarios del Departamento de Estado siguen ausentes, no se han nombrado, es por ello que el Departamento de Justicia y el Departamento del Tesoro son los que están ejerciendo más presión porque están dejando a un lado el trabajo que han hecho por años.

Recientemente se logró la detención de Tomás Yarrington y de Javier Duarte, ¿es posible que haya habido algún tipo de ayuda proveniente de Estados Unidos?

Fue presión internacional por el caso de los dos Duartes, de Yarrington, así como en el caso de Roberto Borge y de Manuel Velasco, gobernador de Chiapas, que no están por el momento en todos los diarios pero lo van a estar. Son casos donde las fuerzas policiales de los estados y las autoridades judiciales forman parte de la delincuencia organizada en México. Esta presión internacional ha venido creciendo desde Ayotzinapa. Va a ser más común encontrar más casos como el de Yarrington y los Duarte. La presión internacional ejercerá de catalizador, como yo le llamo, para que México empiece a limpiar su casa como lo hizo Colombia, Italia, Indonesia y otros países bajo un factor de presión internacional.

La presión internacional es una condición necesaria, pero no es suficiente aún para que las 45 situaciones que menciono en mis libros, las judiciales, las constituciones de vigilancia social por auditorias con instituciones de vigilancia civil, todas esas condiciones se puedan empezar a implementar a partir de la presión internacional y de una mayor unificación de la sociedad civil mexicana, que ha estado muy fragmentada y corrompida por los gobiernos mexicanos. Las piezas del rompecabezas se colocarán en su debido lugar, vamos a comenzar a hablar de lo que ha sucedido en México durante años, de la limpieza de la política mexicana, sin la cual no va a ser posible implantar ninguna reforma judicial ni reforma policial o energética ni ningún tipo que pueda salir de lo que es hoy: una simulación de redes criminales de políticos. Esa presión internacional se va a comenzar a observar como se hace a través de la Unión Europea.

No hay que olvidar que el bloque europeo ha ejercido un rol muy importante a través de la presión que han ejercido las autoridades italianas y alemanas, todo esto se va a juntar con un Departamento de Estado norteamericano que ya no va a bloquear las acusaciones penales contra gobernadores en ejercicio. Va a ser de gran cambio, porque para limpiar el área política mexicana, tienen que comenzar a caer políticos en pleno ejercicio del poder, no solo ex gobernadores como se acostumbra, que se les deja robar, que se les deja saquear y a los tres, cuatro y seis años se les comienza a presionar.

Va a empezar a ver mucha presión contra los gobernadores actuales como el de Chiapas, Manuel Velasco, por ejemplo, que es un caso donde entre las deudas públicas y la corrupción mafiosa de sus policías, se ejercerá mayor presión sobre este señor y sus próximas ambiciones presidenciales, que comienza a manifestar públicamente.

Usted menciona a Roberto Borge y a Manuel Velasco como otros de los políticos en la mira. Otros cuestionan también a Andrés Manuel López Obrador, que ha estado vinculado con políticos de dudosa reputación e incluso recibiendo financiamiento de ellos, ¿qué hay al respecto?

He dicho abiertamente en entrevistas de televisión y también a Morena. Esta agrupación política está mostrando los mismos vicios que el PRI aunque a menor escala porque todavía no gobierna en ningún estado, pero tiene los mismos vicios del PRI: incorporan a la misma “basura” a sus listas; una tautología de personajes que corresponden al pasado y a las prácticas de corrupción mafiosas más espantosas.

Incorpora a los personeros del salinismo, de los modelos políticos ya fallidos de México como fue el caso de Esteban Moctezuma. A los Bartlett quien era un señor feudal en Puebla cuando lo conocí como gobernador. AMLO Incorpora al pasado y no al futuro y en la medida en que siga haciéndolo, formará parte del pasado y de esas mismas fallas anteriores. Nadie dice que él robó porque no tengo evidencia al respecto. El forma parte de las redes políticas que ha venido sacudiendo a México desde hace muchos años. En la medida en que él incorpore al pasado en sus campañas, como lo ha hecho, seguirá actuando por un México del pasado.

Morena tiene a miles de personas honestas que están dispuestas a dar la vida por su país, pero que están frustradas porque ven que AMLO está haciendo alianzas con personajes nefastos, mismas que han  formado parte de las pesadillas y no de los sueños de México. En ese sentido seguirá así, mientras AMLO no proponga mecanismos autónomos de vigilancia social para controlar el dinero que entra a cada político de su partido. Mecanismos autónomos que nadie controle, esto es una auditoría social.

¿Cómo deja estas presiones que realiza el gobierno de Trump al gobierno mexicano?

Lo debilitan. La corrupción debilita a México y la corrupción política aún más; la corrupción política prostituye la negociación ante Trump. El es un corrupto institucionalizado, es decir, su gobierno es de corruptos desenmascarados. La corrupción en Estados Unidos es legal e institucionalizada. Allá un empresario norteamericano puede comprar a un político con privilegios, llevándolo a jugar golf en avión y no en helicóptero, pues hasta eso está regulado en Estados Unidos.

Lamentablemente en la política mexicana, la corrupción está descontrolada. En México, un mafioso del cartel de Jalisco puede ser político de la noche la mañana y no se sabe de dónde sale el dinero que lo apoya. Del 90% del dinero que entra a cada candidatura, no a los partidos, son fondos ilegales. No hay un mecanismo de auditorías de líderes ejecutivo, legislativo, judicial ni mucho menos de sociedad civil, que serían las cuatro auditorías principales.

México va negociar con Trump la misma prostitución de su sistema político. Eso lo debilita enormemente porque los norteamericanos tienen información sobre cada uno de los políticos mexicanos que van a negociar con ellos y con esa información los pueden extorsionar.

Eso debilita a México en cualquier tipo de negociación sobre el Tratado de Libre Comercio o sobre cualquier otro aspecto de la relación bilateral. Lamentablemente, las agencias de inteligencia del sistema norteamericano tienen una gran ventaja de información respecto a cada político mexicano, especialmente de más codiciosos. Ellos saben que hay muchas “casas blancas” en México, que hay muchos Yarrington, muchos Duartes y son los mismos que hoy en día están tratando de negociar el TLC. Eso es lo que lamentablemente debilita la posición de México ante Estados Unidos.

En su prospectiva, ¿cómo debería ser el próximo gobierno resultante de las elecciones del 2018?

Tendría que ser un gobierno de coalición. El gabinete del próximo presidente debería conformarse con miembros honestos de los partidos y de agrupaciones independientes, pues no tienen solo que ser de partidos políticos. Lamentablemente, los independientes se comportan todavía como mafiosos de los mismos partidos con los que competir. En el futuro habrá más gente independiente en México, gente honesta que quiere servir a su país, que van a tener que formar parte de un gobierno de coalición que sirva al presidente.

Esto, siempre y cuando se empiece a limpiar la cloaca mayor que tiene México en el sistema político federal, después limpiar los estados, como se ha hecho en los países con sistemas federales, de lo contrario México no tendrá una política exterior autónoma, no va poder negociar con fortaleza, va seguir siendo el prostíbulo de las transnacionales de todos los países del mundo que vienen a saquearlo, de los bancos norteamericanos, de las mineras canadienses y de los oligopolios europeos y del norte de América. México ya debería estar haciendo algo similar a lo que pasa en Brasil, donde el sistema político brasileño está debilitado para bien, pues el sistema judicial está limpiando la cloaca mafiosa que, mientras siga gobernando, no saldrá adelante el país.

Transcripción: Néstor Saldaña

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