Y nos quedamos cortos

Carlos Alberto Pérez Cuevas

La corrupción de la política no tiene nada que ver con la moral, o la laxitud de la moral,

de diversas personalidades políticas. Su causa es meramente material. Emma Goldman

En medio de tantos problemas generados por las crisis: política, económica y social, e inmersos en un periodo electoral que ha generado grandes problemas y crispación en la sociedad, por lo importante de las entidades federativas donde se disputa el poder; la del Estado de México es la que más interés ha despertado, no solo por su importancia geográfica y económica, sino porque es ahí donde están asentados los antecedentes, debates y raíces del grupo que hoy se encuentra en el poder en la Presidencia de la República.

De lo que suceda en el Estado de México, podemos vaticinar que será un preámbulo de lo que sucederá con el presidente de la república, su partido y su grupo. Se juegan su sobrevivencia. Y esto es así porque derivada de acciones de gobierno erráticas y sumadas al desacato duro por graves actos de corrupción de muchos de sus miembros, hoy el PRI y el gobierno emanado de ahí sufren la peor de las crisis de imagen y credibilidad.

Todas las encuestas a poco más de un año del cambio de gobierno dan por sentado que el PRI perderá la Presidencia de la Republica. Por lo tanto le queda atrincherarse en lo que consideran su bastión por haberlo gobernado por casi 90 años y ser su plataforma de impulso nacional.

Por ello hemos visto de forma burda y desbordada la participación de secretarios de Estado y funcionarios de alto nivel del gobierno federal, metidos de lleno en el Estado de México, entregando recursos de los diversos programas  sociales con el fin de influir en las elecciones de junio próximo en beneficio de Alfredo del Mazo, candidato de su partido.

Sin duda se trata de acciones desesperadas por mantener el poder, pero los ciudadanos hoy se encuentran frente a sí con grandes cantidades de información que les llega en tiempo real y saben lo que cada uno de los contendientes partidos y candidatos, traen en su trayectoria.

Lo más relevante y grave de lo que está sucediendo es que tanta información, alguna real y la mayoría dirigida para influir, no pueda ser digerida y termine por aumentar el hartazgo que la mayoría de los ciudadanos tienen hacia todo lo que huela a política y elecciones.

Hoy vivimos la peor de las corrupciones, una generación completa de políticos jóvenes —académicamente preparados y en su momento presumidos como las nuevas generaciones políticas— ha venido a dar un vuelco en la política nacional para demostrar que en materia de corrupción nos hemos quedado cortos con lo que habíamos visto antes.

La forma en que han saqueado las arcas públicas, la red de corrupción para robarse el dinero que han creado y la cantidad de involucrados que participaron nos dejan anonadados y los convierte en la generación de gobernantes más corrupta de México.

@perezcuevasmx

perezcuevasmx@gmail.com

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