Que Osorio filtró los videos

José Luis Camacho Acevedo

Sin esperar a tener evidencias concretas, arrebatado como siempre, el precandidato presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador, acusó al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong de ser el autor intelectual de la filtración del primer video divulgado por el diario El Universal, en donde se exhibe a Eva Cadena recibiendo 500 mil pesos en efectivo “para apoyar la campaña de Obrador”.

Ante esta exposición la excandidata a la presidencia municipal de Las Choapas, Veracruz, afirmó varias veces que era el único video que existía, que no saldría a la luz nueva evidencia de que estaba recibiendo donaciones de un personaje desconocido, así lo hizo en el noticiero de Carlos Loret de Mola. Pero se le cayó la mentira, ya que días después se  dio a conocer nueva evidencia que la incrimina recibiendo dinero,  y aunque la aún legisladora local se rasgue las vestiduras señalando que se trata de una trampa o manipulación, es casi imposible de justificar lo que todos vimos: Eva Cadena recibiendo nuevamente dinero en efectivo.

Ante estos hechos quedó claro que el equipo que rodea a López Obrador es más pendejo de lo que se creía, ya que era evidente que son susceptibles a ese tipo de “trampas” para quebrantar la credibilidad del tabasqueño, porque si de una cosa se ufana es de que es incorruptible, al ser el líder en las encuestas, se convierte en el enemigo a vencer.

Pero de una cosa estoy seguro, y eso es que Andrés Manuel López Obrador no es tan deshonesto como nos lo quieren mostrar; quizás algunas personas de su equipo de trabajo. Ese es tal vez el mayor error que López Obrador ha cometido una y otra vez: no sabe elegir, o sus colaboradores cercanos no saben filtrar a los malos elementos.

En su noticiero radiofónico Ciro Gómez Leyva cuestionaba las acciones de Eva Cadena después de que se dieran a conocer los videos, ya que después de renunciar a su candidatura, regresó a su curul en el Congreso local de Veracruz, pero el primer día acudió al recinto legislativo en un lujoso Mercedes Benz, “ya no sé si es ingenuidad o provocación”, señalaba el periodista.

Me inclino por lo primero, pero yo agregaría que también se trata de estupidez, y creo que a pesar de estos videos y los que aún pudieran faltar, será difícil probar que López Obrador tenía conocimiento de estos hechos. Eso iría en la misma línea de lo que dijo el titular de la Auditoría Superior de la Federación, Juan Manuel Portal, que de forma prudente señaló que “sería dificilísimo probar que Javier Duarte le proporcionó dinero a López Obrador”.

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En respuesta a las acusaciones del mandatario veracruzano Miguel Ángel Yunes Linares, en el sentido de que el mesías de Macuspana fue financiado en su momento por su antecesor Javier Duarte, imputaciones que igual que las del desplumado Peje lanzó en contra del titular de Gobernación, no están sustentadas en pruebas fehacientes y contundentes que verifiquen sus dichos.

Si a un auditor de la experiencia de Portal se le hace difícil probar un dicho como el que propala Yunes Linares, al respecto de la presunta conexión entre Duarte y López Obrador, ahora que casi todos los actores políticos en México están de alguna u otra forma involucrados en el juego electoral, y que parecen contagiados en una especie de influenza acusatoria, su grado de dificultad para probar sus dichos estará incrementándose cada día sustantivamente.

Dicen los juristas que el que acusa tiene la obligación de probar. Y eso no lo está tomando en cuenta López Obrador, quien señala como filtrador de los videos y de la maquinación de Las Choapas al habitante de Bucareli.

Si bien es cierto que el viejo Palacio de Cobián tiene una fama siniestra de manufacturar hechuras políticas de baja estofa, desde calumnias hasta torturas y desapariciones, este déjà vu que ahora invade al líder de Morena le puede resultar una arma de doble filo.

“Yunes mandó a una gente o a un grupo de personas a darle dinero a nuestra candidata en Las Choapas, a grabarla, de acuerdo con (Osorio) Chong”, dijo el líder de Morena en un video publicado en Twitter.

“Tengo la información que el video que da a conocer El Universal se lo entrega (Osorio) Chong, claro, Yunes-Chong”, indicó. “Son los fontaneros del régimen”, agregó López Obrador.

Explicó que el videoescándalo de Eva Cadena es un esfuerzo por desviar la atención de los casos de corrupción que “se están ventilando en el extranjero”, en referencia a la empresa Odebrecht. En esos asuntos “están hasta las chanclas (Enrique) Peña y (Felipe) Calderón”, precisó.

Pero el tabasqueño tendría que reconocer que se encuentra ante un caso de corrupción, que la legisladora Cadena no es inocente de los cargos, aunque intente justificarse diciendo que se trata de una trampa o manipulación, porque es evidente para todos que ella tomó y guardó el dinero.

No sabemos si lo devolvió como ella asegura, existe la tesitura de la duda, también nos cuestionamos: ¿cuántas Evas Cadena tiene López Obrador?

En este sentido recordó la declaración del dueño de la empresa, Marcelo Odebrecht, quien confesó que “dio sobornos en México por más 10 millones de dólares”.

Añadió que Emilio Lozoya, exdirector de Pemex en la administración de Peña Nieto, recibió un soborno de más de cinco millones dólares y denunció que los diputados priistas “elaboraron un anteproyecto para exonerarlo”.

¿Sirve de algo esta asquerosa guerra sucia que estamos presenciando los mexicanos en el contexto de la temporada electoral 2017, al avance democrático de México?

Definitivamente no.

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Nos están devorando los demonios de quienes, como profetizaba Frank Underwood: en política ser malo, a final de cuentas, es la única forma de ser bueno.

Pena ajena, señores políticos convertidos ahora en acusadores sin pruebas que tienen a la sociedad fastidiada con sus obsesiones perversas y mentirosas.

Ese es más bien el trabajo de los medios de comunicación, investigar y ventilar con pruebas asuntos de interés público que afecten la política, economía, seguridad, entre otros temas, sin caer en el amarillismo.

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