Juan Pablo Aguirre Quezada

“Nada hay tan dulce como la patria y los padres propios, aunque uno tenga en

tierra extraña y lejana la mansión más opulenta”. Homero

Un enclave es un territorio de un país dentro de otro, más allá de la frontera; o como lo define la Real Academia Española, un “territorio incluido en otro con diferentes características políticas, administrativas, geográficas”. Si bien el concepto es confuso, la observación en un mapa no deja de ser algo curioso.

El ejemplo clásico fue la ciudad de Berlín hace más de un cuarto de siglo, que estaba rodeado por otro país, la entonces República Democrática Alemana. No obstante, Berlín estaba dividido en sectores y uno de ellos era parte de Alemania Occidental, por lo que fue necesario fortalecer el puente aéreo para comunicarse con el resto del territorio. Las situaciones políticas y tensiones propias de la guerra fría nos ayudan a entender la diferencia y características de un enclave.

Si bien existen diferentes tipos de enclaves, existen algunos que llaman más la atención que otros. Uno de ellos es Kaliningrado, Óblast de la Federación Rusa. Sin embargo, este país está separado hasta de dos países, por lo que se debe atravesar las repúblicas bálticas o Polonia para llegar a esta demarcación vía terrestre.

En el caso de Kalinigrado, el origen de su separación es un recuerdo histórico de la salida rusa al mar Báltico; además de los sucesos de la Segunda Guerra Mundial, ya que al inicio de la gran guerra patria este territorio fue anexionado con el nombre de Königsberg, la antigua región de Prusia, en 1939. Esa razón explica por qué se conservó como demarcación rusa después de la independencia de las repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania) en 1991.

Otros caso de enclave en Europa es el municipio español de Llívia, el cual esta rodeado por territorio francés. Esta demarcación tiene 13 kilómetros2; y las razones de esta separación territorial son históricas y se remonta al siglo XVII. Después de 350 años, Llivia quedó fuera del territorio continental español, pero enlazado en gobierno y sociedad.

Otro país que se puede jactar de tener un municipio enclavado en otra nación vecina es el caso de Italia, concretamente la localidad de Campioni d’ Italia; un territorio de menos de 2.6 kilómetros2, de los cuales menos de uno es tierra firme y el resto son aguas lacustres. A diferencia del caso español, este municipio tiene mayor integración con el país que lo rodea, Suiza; al utilizar sus servicios de telecomunicaciones o el franco suizo como moneda. La historia también es más reciente, con 220 años de historia como enclave. Un dato curioso es que esta localidad si pertenece a la Unión Europea, mientras que Suiza no ha firmado el acuerdo; lo que hace un tanto más difícil la separación en comparación con el caso español, en que ambas naciones tienen importantes acuerdos y es menos notorio el distanciamiento social del enclave.

Si bien existen otro tipos de demarcaciones de este tipo, otros se caracterizan por tener una pequeña salida al mar, están rodeados de aguas patrimoniales o territorio de otro país; tal como sucede con Gibraltar, dependencia británica en el sur de España. A diferencia de los enclaves de Llívia o Campioni d’ Italia, este territorio tuvo su origen en un conflicto bélico que permitió al Reino Unido incluir en sus dominios esta zona, que si bien es pequeña en tamaño, le permitió controlar la entrada marítima al mar Mediterráneo, lo que le permitió fortalecer el poderío naval de la Gran Bretaña.

En contraste, España también tiene enclaves de estas características más allá de sus costas, en el continente africano. Las ciudades de Ceuta y Melilla están rodeadas por territorio marroquí, pese a que la soberanía de dichas regiones dependen no sólo en otro país, sino en otro continente. Estas ciudades –al igual que Gibraltar- también tienen importancia geopolítica que permiten mayores controles de mar patrimonial.

¿Qué importancia tienen los enclaves? Además de un recuerdo histórico y defensa de soberanía como los casos de Llívia, España (enclavada en Francia) o Campioni d’ Italia (insertada en Suiza); estas zonas pueden ejercer mayor presencia y dominio; tal como podría ser zonas más grandes en otras áreas. Ejemplo de ello es el dominio británico en Irlanda del Norte frente a las características sociales de los habitantes del resto de la isla.

Algunas voces han referido que algunos países de pequeño tamaño como Mónaco, San Marino, el Vaticano, Ruanda, entre otros pueden ser considerados enclaves. No obstante, otras opiniones mencionan que no se puede hablar como un enclave en comparación a otras regiones con diferentes soberanías. Lo cierto es que ejercen su dominio, cultura y soberanía en un territorio reducido frente a un país mayor en espacio y población.

Los enclaves europeos permanecerán como herencia histórica de antiguos feudos que se transformaron en localidades, y que el tránsito histórico los dejó fuera de sus  fronteras, pero siguen siendo parte de su geografía nacional.

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