Envidiable riqueza ecológica

Carlos Madrazo Silva

No necesariamente la sustentabilidad ecológica se debe considerar un área vedada para la práctica de actividades que apoyen el desarrollo comunitario de la población que vive en las zonas aledañas a los lugares de alto potencial natural. Al contrario, cuando las actividades productivas se efectúan con cuidado, civilidad y respeto para preservar el hábitat natural, entonces se le da un sentido benéfico que aporte al crecimiento económico poblacional. Es el caso de la delegación La Magdalena Contreras en la Ciudad de México.

Situada al sur de la capital, esta demarcación tiene una envidiable riqueza ecológica, con un Área Natural Protegida de 2,429 hectáreas de bosque. Presenta condiciones geográficas, clima, suelo, topografía y vegetación que dan origen a espectaculares paisajes de montañas cubiertas de extensos bosques de pinos, encinos y oyameles, principalmente. En su hábitat cuenta con el único río vivo de la Ciudad de México, el Río Magdalena, así como arroyos y diversos afluentes, sobre todo en el Parque Nacional Los Dinamos. También, a su lista de riquezas naturales en su territorio, se suma el Parque Ecológico Mazatépetl, el Parque Ejidal San Nicolás Totolapan y el Parque San Bernabé. Todos ellos son atractivos que no se encuentran en otro lugar de la capital del país.

Precisamente por el conjunto de atractivos naturales de La Magdalena Contreras, esta demarcación se ha convertido en un  destino turístico de fin de semana para los habitantes del Área Metropolitana del Valle de México. Y ante este potencial, las autoridades locales, encabezadas por el delegado Fernando Mercado Guaida, han dirigido sus esfuerzos para impulsar, en unión con las comunidades de la región, el desarrollo sostenible de la demarcación. Ha dicho el delegado ante los medios de información que “lo que queremos es generar un polo de desarrollo económico y generar más empleos para los habitantes. Aquí en La Magdalena Contreras tenemos el hábitat natural más grande de la capital y queremos que venga más gente porque somos una alternativa turística única en la ciudad, a sólo cinco minutos del Periférico”.

Como ejemplo de este esfuerzo del delegado Fernando Mercado de convertir a La Magdalena Contreras en un punto generador de desarrollo comunitario con base en los amplísimos recursos ecológicos con que cuenta la región, cabe mencionar que recientemente se llevó a cabo la Feria de la Trucha y la Quesadilla en el Parque Ecoturístico Los Dinamos, donde participaron 120 expositores locales y artesanos, lo que dejó una derrama económica de 13 millones de pesos.

Como dijimos al principio, estimados lectores, la ecología no está vedada para el desarrollo de actividades productivas, y hábitats como el de La Magdalena Contreras son oportunidad para que esos sitios se conviertan no solo en centros de aprendizaje ecológico de la gente que los visita sino en escenarios propicios para el crecimiento económico comunitario, tal como lo está haciendo la autoridad delegacional en esa demarcación.

Desde luego que se deben tomar en cuenta varios aspectos de normatividad para que los visitantes se comporten con respeto, cuidado y mantengan la protección debida para no dañar el recurso natural de la zona y que continúe siendo el pulmón principal para la Ciudad de México, que mucho necesitamos los habitantes.

Secretario general del Partido Verde Ecologista en la Ciudad de México

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