Javier Duarte

Teodoro Barajas Rodríguez

La detención de Javier Duarte ha levantado una previsible tolvanera de opiniones de todo tipo, es, como dicen los españoles, un culebrón; apenas inició la trama porque ha caído un pez gordo que desata una narrativa espesa por quienes ubican el caso como un distractor cuando recién se clamaba por su captura. Vendrán los trámites de extradición, el exgobernador más turbulento de los últimos tiempos está tras las rejas.

Un sector de la oposición al gobierno federal atiza con la teoría de una presunta conspiración en la cual la detención del mal afamado exmandatario veracruzano servirá para brindar oxígeno al PRI que ya expulsó de sus filas a Duarte, ello porque la contienda en el Estado de México está apretada, cabe la posibilidad de que la candidata de Morena se levante con el triunfo en la tierra en la que se ubica la raíz del mítico grupo Atlacomulco.

Tomás Yarrington fue capturado en Italia, Javier Duarte en Guatemala, la policía mexicana no lo pudo hacer en nuestro país; ambos exmandatarios representan las peores causas porque ahí desfila el peculado, el cohecho, lavado de dinero aunado a un alto número de prácticas aberrantes que se distancian del marco jurídico.

Lo cierto es que la credibilidad en las instituciones se diluye, muchos no creen lo que sucede al mirar el rostro sonriente de Duarte tras su detención, probablemente estaba nervioso, estresado o sólo fue una gala, una más, del soberbio cinismo que suele acompañar a los pillos. Todo cabe en el terreno resbaladizo de la especulación.

Integrantes de Morena, como el propio Andrés Manuel López Obrador, han dicho que Duarte es un “chivo expiatorio” y que lo urgente es destronar al PRIAN, no queda claro. Si Miguel Ángel Yunes ha dicho que Morena fue financiado en Veracruz por el ahora detenido deberá probarlo porque los dichos no son hechos.

En los últimos tiempos, se ha incrementado exponencialmente el número de exgobernadores que andan a salto de mata luego de endeudar brutalmente a las entidades que gobernaron o desgobernaron, jamás hubo débitos tan escandalosos ni conductas tan desviadas de lo que prescribe la legislación vigente. México ha sido saqueado son misericordia, sin piedad.

Desde hace mucho tiempo, Duarte es impresentable, su mención es invocar la corrupción, la arbitrariedad, el desatino, la muerte de comunicadores. Es la versión aldeana de un moderno Nerón.

Al final del día todo tiene una connotación política, eso es indiscutible, esperamos que por salud pública se haga justicia.

Dos exmandatarios han sido detenidos, ambos de origen priista, no sé en qué puede beneficiar a su expartido las capturas de ambos, más bien es al revés, aunque algunos digan lo contrario. Lo que realmente se precisa es que el multinombrado Estado de derecho realmente lo sea porque hemos vivido bajo un régimen de simulación.

Twitter Revista Siempre