A unos días de celebrarse el Ramadán, la ceremonia religiosa más sagrada del Islam, el autodenominado Estado Islámico provocó un atentado en el Manchester Arena, de esa ciudad británica, dejando un saldo de al menos 22 personas muertas y más de 50 heridas. Este ha sido el atentado más grave que se ha registrado en Reino Unido desde julio del 2005 cuando un comando extremista perpetró un ataque en el sistema de transporte de Londres. En esa ocasión, el saldo fue de 56 personas muertas.

Un atacante suicida se inmoló al activar un aparato explosivo casero en una de las salidas del enorme estadio, el cual se encontraba repleto de gente que había acudido a presenciar un concierto de Ariana Grande. El Daesh reivindicó el ataque, el cual aseguró fue realizado “un soldado del califato, que logró colocar varios artefactos en medio de una reunión de cruzados en la ciudad británica, en venganza por la religión de Alá, en un intento por aterrorizar a los mushrikin (incrédulos) y en respuesta a sus transgresiones contra las tierras de los musulmanes”, dijo un comunicado difundido el grupo extremista.

La policía de Manchester detuvo a un sospechoso de 22 años: a Salman Abedi. Un segundo sospechoso fue detenido en el centro comercial Arndale de Manchester, aunque todavía no se define su relación con el ataque.

El espíritu de Manchester

Por su parte, la primer ministro Theresa May pidió a su pueblo mantener en alto el espíritu de Manchester y se comprometió a hacer pagar a los responsables de este ataque, el segundo que se realiza en este año en Reino Unido; hace exactamente dos meses ocurrió otro donde un extremista arrolló a cuatro personas y mató a otras dos cerca del Parlamento en Westminster. May también confirmó haber ordenado la suspensión temporal de la campaña para las elecciones del 8 de junio.

Diversas personalidades del mundo político como Jeremy Corbyn, del Partido Laborista, expresaron sus condolencias en redes sociales: “Terrible incidente en Manchester. Mis pensamientos están con todos aquellos afectados y con nuestros magníficos servicios de emergencia”.

A su vez, Tim Farron, líder lilberal-demócrata fue el primero en condenar directamente “el horrible ataque sobre jóvenes y adolescentes que estaban disftrutando de un concierto” y aseguró que la nación está “unida en el duelo y en la determinación contra este tipo de ataque deplorabes”. Farron dejó también temporalmente en suspenso la campaña electoral.

Por su parte, el alcalde de Manchester, el laborista Andy Burnham, se unió a las plegarias por las víctimas diciendo: “Mi corazón está con las familias que han perdido a sus seres queridos y mi admiración con los valientes servicios de emergencias. Ha sido una noche terrible para nuestra gran ciudad”.