Jaime Luis Albores Téllez

Johan Sebastian Bach nació el veintiuno de marzo, hace trescientos treinta dos años (1685), y escribió una pieza importante Las variaciones Goldberg, para un conde que padecía de insomnio y que su médico le había aconsejado escuchar música relajante. La importancia de esta obra radica en que una simple modificación en el ritmo la convierte en una obra auténtica. Así la escribió para poderla ejecutar durante toda la noche. El conde en agradecimiento encargó a un amigo pintor el retrato de Bach (por cierto, es el único cuadro realizado en vida del músico), este amigo era Haussman, quien era considerado un artista mediocre, tenía la tendencia de repetir ciertos rasgos en todos los retratos que hacía, por lo cual la verdadera apariencia del músico sigue siendo un enigma.

La pieza: Las variaciones de Goldberg, que casi nadie escuchó en la época de Bach porque sólo era conocido como un extraordinario cantante y músico de órgano, resurgió después de la Primera Guerra Mundial, cuando la sociedad en todo el mundo buscaba un cambio de mentalidad para dedicar su tiempo al disfrute, donde la despreocupación hiciera olvidar las penurias padecidas durante la guerra. Y podemos decir que resurge el Jazz como una forma de composición musical (donde ya no hay improvisación) basada en simples cambios de ritmo, como en Las variaciones de Goldberg.

Uno de los primeros músicos que transformó la música de Bach en Jazz fue Jacques Loussier, cuando interpretó la pieza Tocata y fuga en Re menor y Jesu joy of man’s desiring, sin que se perdiera la esencia en la composición. Estas piezas y algunas más de Bach convertidas al Jazz apoyaron como fondo musical a películas y series de mafiosos que luchaban por apoderarse de territorios para vender alcohol que estaba prohibido en Estados Unidos.

Y podemos decir, por los estudios que han hecho algunos reconocidos músicos, que la pieza que Bach escribió para un conde insomne fue la impulsora de un cambio musical de gran trascendencia como lo es actualmente el Jazz.

Twitter Revista Siempre