El sistema de procuración de justicia está viciado

Luis Humberto Fernández Fuentes

Violencia, asesinatos de periodistas, huachicoleros, ejecuciones son el escenario cotidiano para los mexicanos. Lejos de resolverse, estas condiciones se han profundizado y ampliado a otras regiones del país.

Frente a este escenario, el bloque gobernante parece que solo conoce una solución: enviar al Ejército y demandar la aprobación de la Ley de Seguridad Interior. Esto no ha funcionado y no hay elementos para suponer que pueda generar una mejora sensible.

El problema no es la presencia del Ejército en las calles, dado que en este momento es la única posibilidad que tiene el Estado mexicano. A su vez, las iniciativas de ley planteadas no consideran una ruta de regreso gradual del Ejército a los cuarteles, a través del fortalecimiento de las autoridades civiles en materia seguridad pública, pero sobre todo, no resuelven el conflicto constitucional de la participación castrense en actividades policiacas.

El sistema de procuración de justicia está viciado, las policías y el ministerio público están bajo sospecha y la corrupción es una amenaza casi permanente. En este grado de descomposición, ¿cuál es la urgencia de aprobar la Ley de Seguridad Interior? ¿Qué se adelanta? ¿Qué esperamos como resultado?

Pareciera que el gobierno ha renunciado a proponer una ruta de solución, a tener iniciativa, a aspirar a un legado de recomposición nacional. La urgencia de aprobar la ley es para aparentar, no para resolver, la prisa de la miopía.

Sí es deseable regular la participación del Ejército y ordenar la participación del Estado frente a las anomalías institucionales, donde la incapacidad de autoridades locales y federales requiera intervenciones especiales, sin embargo no constituye una solución a los problemas de seguridad.

El punto es construir una política articulada y viable para la pacificación del país y fortalecimiento del Estado de derecho. En este contexto, resultan de mayor trascendencia la reforma del artículo 102 constitucional, la Ley de la Fiscalía General, hacer funcional el Sistema Nacional Anticorrupción y contar con una policía confiable.

Sin una agenda clara, la urgencia para la aprobación de la Ley de Seguridad Interior solo muestra confusión y lo apremiante de lo innecesario.

@LuisHFernandez

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