Entrevista con Patricia Olamendi/Promotora de derechos humanos
Irma Ortiz
Desde un principio. Brigitte Trogneux acompañó a su marido Emmanuel Macron a los mítines de su campaña por la presidencia de Francia. Él hacía el reconocimiento público del apoyo que le había brindado su esposa para llegar al Palacio del Elíseo. Una pareja “atípica”, él con 39 años, ella con 64; ella, su maestra; él, su alumno, hecho que ha atraído la atención de los medios e incluso fue considerado el boleto electoral del político de centro.
Se conocieron cuando Macron estudiaba en una escuela jesuita, tenía 16 años, Trogneux era su maestra de teatro, y en ese entonces estaba casada y con tres hijos. Se enamoraron, y pese al rechazo público se casaron una década después, en 2007.
Hoy el nuevo mandatario galo sigue dando de qué hablar, quiere formalizar el cargo de primera dama, decía durante su campaña “si soy elegido, no, perdón, cuando seamos elegidos, ella estará ahí con un puesto y un lugar”.
Trogneux, juguetona, se burla de su edad, en una biografía señalaba que su marido “tiene que lanzarse a la presidencia en 2017 porque para 2022, su problema va a ser mi cara”
En opinión de Patricia Olamendi, impulsora de leyes contra la violencia de género, quien fuera consultora internacional de ONU Mujeres, para nuestra cultura se trata de una pareja atípica con 25 años de diferencia, lo que nos resulta muy complicado. “Que los hombres de 50 años se casen con una de 25, parece normal, pero si es al contrario, no parece tan sencillo”.

Además, apunta, los franceses votaron por una historia de amor diferente, atractiva, que también jugó en la campaña.
“Lo interesante es el papel que ella está tomando o ha tomado a lo largo de su carrera política. Es un hombre que reconoce que la ha escuchado, que ella juega un papel significativo en la toma de decisiones y eso, de entrada, rompe con cualquier esquema machista, mientras que del otro lado del océano tienes todo lo contrario, un gobierno caracterizado por la misoginia de Trump, donde su esposa, prácticamente, no aparece.
Ahora, habrá que ver el papel que Troneux va a desempeñar en el gobierno, si es relevante o el de una simple esposa, y eso es un reto, que en un gobierno donde si bien las mujeres tienen paridad y han avanzado mucho en reconocimiento de derechos, tampoco se ha visto a una primera dama en la toma de decisiones, sino como compañera; quien lo tuvo de alguna manera fue Danielle Miterrand, pero de ahí en adelante no recuerdo a ninguna esposa reciente que haya tenido un papel destacado”.
Crecimiento de feminicidios en el mundo
Para la ex subsecretaria de Relaciones Exteriores el crecimiento de los feminicidios es “como una revancha por la participación activa de las mujeres; una lucha por el real poder que es lo político y lo económico, y creo que los hombres lo sienten como una transgresión. Por eso el triunfo de Macron en Francia y la llegada de una esposa con estas características rompe con todos estos esquemas”.
“Es un poco de alivio porque triunfó el sentido común, un respiro frente a las políticas agresivas que hay en muchos lugares. Qué bueno que sea Francia, que recupera su historia, su cultura humanista, es también muy alentador para Europa que se ve amenazada, con la salida de Inglaterra con el brexit y que ahora se ve amenazada por el imperio norteamericano”.
Mientras tanto en México, asevera, “seguimos en calidad de floreros, se cubre con una cuota de género en las cámaras y lo más dramático de las mujeres que llegan al poder no nombran a otras mujeres. Hay legisladoras, pero siguen sin estar en la toma de decisiones. Estamos muy, muy lejos de recorrer ese camino de toma de decisiones pero es alentador abrir las ventanas y respirar aire fresco proveniente de Francia”.

