A seis años de su conformación

MARÍA DEL ROCÍO PINEDA GOCHI*

El pasado 28 de abril se cumplieron seis años del surgimiento de uno de los acuerdos de integración latinoamericano más exitoso de los últimos tiempos. Esta iniciativa fue ideada por el entonces presidente peruano, Alan García Pérez, la cual se formaliza con la Declaración de Lima en 2011. A partir de esta fecha, la Alianza del Pacífico se ha ido consolidando a paso firme dando resultados concretos y tangibles desde su creación.

Esta Alianza se perfila como el mecanismo –que de alguna manera– revive y le da fuerza al pensamiento integracionista latinoamericano, como alguna vez ideaba Simón Bolívar. Materializa los esfuerzos, las experiencias, los aciertos y desaciertos, que se han realizado durante mucho tiempo en diferentes foros y esfuerzos de integración, que por diferencias políticas e intereses particulares no se habían podido concretar, por lo cual, se convierte en el modelo y la punta de lanza para consolidar bloques comerciales regionales e intrarregionales.

Chile, Colombia, Perú y México han dado muestra de madurez y de altura de miras, lo cual ha quedado de manifiesto, con el pragmatismo y la rapidez con el que se ha desarrollado el proceso jurídico y parlamentario, que ha dado vida y operatividad a este acuerdo.

A seis años de su conformación el balance es positivo en diferentes materias. Durante este tiempo se tienen aumentos importantes en  el turismo intra-alianza, en la movilidad académica y estudiantil, en el número de becas. Además destacan resultados en materia de Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES), en la interoperabilidad de las ventanillas únicas y operador económico autorizado, avances en proyectos de propiedad intelectual, innovación, servicios, protección al consumidor, la eliminación de visas, la participación en el Mercado Integrado Latinoamericano, las oficinas conjuntas de promoción comercial y las embajadas conjuntas, así como diversos temas de cooperación como medio ambiente, minería, género, cultura, laboral, entre otros.

Columna México en el Mundo

Ante estos resultados y frente a la complejidad de la coyuntura económica internacional y los virajes políticos inesperados que viven algunos países, se abre una oportunidad para que esta Alianza se vuelva la plataforma que garantice el desarrollo y crecimiento sostenido de los cuatro países.

Pero para ello será necesario aumentar el comercio intrarregional, acelerar los procesos legales y administrativos, explorar áreas de negocios con los 49 países observadores, institucionalizar dicha Alianza para que ante cualquier cambio de gobierno, trascienda y se logren sus objetivos. Y finalmente será fundamental que se ciudadanice, para que todos los ciudadanos aliancistas participen y se beneficien de sus grandes bondades.

Otro reto para la Alianza del Pacífico será convertirse en el mecanismo que aglutine, integre y articule los intereses de los países del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC por sus siglas en inglés) y de los que formaron parte de las negociaciones del Tratado de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés).

En la medida en que se logren romper paradigmas, y reconocer las afinidades y vocaciones naturales, se podrá consolidar y aprovechar el potencial que tiene este acuerdo, que por sí solo representa un mercado de 225 millones de habitantes –el 36% de la población de América Latina y el Caribe–, la octava economía mundial y la octava potencia exportadora.

*SECRETARIA DE LA COMISIÓN DE RELACIONES EXTERIORES AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

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