Patricia Gutiérrez-Otero

En memoria del ambientalista estadounidense Gordon Strom, asesinado en Veracruz

Casi simultáneamente dos extranjeros ambientalistas que extendieron su generosidad fuera de las fronteras de sus países se hicieron presentes en México por eventos aparentemente contrapuestos. En Veracruz, Gordon Strom, estadounidense pensionado que apoyaba a la comunidad de Teocelo para crear huertos urbanos, luchar contra la tala, recuperar agua, utilizar garrafones, hacer murales, enseñar meditación, fue asesinado el 5 de mayo. Pocos días antes, el primero de mayo, por convocatoria de Paul Coleman, las asociaciones PRO-OAX y Agenda 21 organizaron un festival en forma de tequio en la capital oaxaqueña, que duró unas 6 horas y al que acudieron alrededor de 600 personas. Participaron en él la cantante istmeña Ángeles Sánchez Velázquez, el cantante Juan J. González Aviña, la escritora Cinthia González, el poeta Víctor Gónzalez… Este festejo fue convocado por el canadiense Paul Coleman por el maltrato de palabra y obra de Trump contra los mexicanos.

Coleman, de más de 70 años de edad se formó en las comunas hippies que querían estrechar los lazos de los seres humanos con la naturaleza. Con entrega y seriedad, varias de estas comunas lograron su cometido desde los años setenta en Estados Unidos, así adquirieron experiencia en la interrelación humana con las áreas protegidas de nuestro vecino del norte y Canadá, lo que les hizo conseguir contratos con el gobierno estadounidense para manejar sus ecosistemas.

Coleman echó a andar desde Ontario, Canadá, hasta Brasil, unos años antes de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992, con la intención de integrarse en estos trabajos. En Estados Unidos fue visto como un deportista o como un precursor de Forrest Gump. En México la gente lo recibió con sorpresa, fiestas y actos sociales de participación, acompañándolo incluso en su caminata. En el Istmo de Tehuantepec se le recibió como un ser heroico, un Binni Nayáa, fuera de toda comparación humana. En la selva de Chimalapas conoció el devastador cambio de uso de la selva para establecer pastizales. Prosiguió su marcha acompañado por diversas personas, algunas de ellas reconocidas mundialmente como Linda Kigman, actual funcionaria del Interamericano de Prácticas Restaurativas, o Jordi Corbera, atleta español y actual promotor de músicas vernáculas de pueblos que recuperan su identidad.

Ante la brutalidad de Trump en relación con México y su insensibilidad en relación con el cambio climático, Coleman pidió a sus amigos del mundo que el Primero de mayo celebrarán el Día por la Apreciación Mexicana con el fin de afirmar la gran calidad del trabajador mexicano, reconocer la discapacidad de buena parte del pueblo estadounidense para realizar los trabajos que hacen los mexicanos, y señalar que Trump usa a los mexicanos como chivos expiatorios para justificar sus acciones xenofóbicas. Por eso, en Oaxaca, el grupo Agenda 21 organizó una actividad en la calle principal de la ciudad, acentuando la necesaria participación de los ciudadanos en las políticas públicas y denunciando asimismo la función pública corrupta e inepta. En la festividad hubo comida típica, danza, lectura de poesía, cantos tradicionales, lectura de comunicados, charlas sobre el porqué de la fiesta; reticencia de la autoridad local insensible a las acciones en pro del bien de los pueblos; y un ferviente deseo de seguir adelante en favor del medio ambiente y los mexicanos.

Además opino que se respeten los Acuerdos de San Andrés y la Ley de Víctimas, que se investigue Ayotzinapa, que trabajemos por un nuevo Constituyente, que se respete la educación, que recuperemos nuestra autonomía alimentaria y nuestra dignidad, que revisemos a fondo los sueños prometéicos del TLC.

@PatGtzOtero

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