Tras un mes de intensas presiones internacionales, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, optó por crear un nueva constitución que le permita fortalecer su gobierno, en medio de intensas protestas populares que exigen su salida del poder. Maduro intenta ahora endurecer su gobierno con una carta magna que le permita hacer todo lo que sea necesario para mantenerse en el poder y sin objeciones.

La nueva Carta Magna será creada por 500 delegados, en los que el régimen tiene una mayoría y le garantiza que todos los artículos y apartados serán aprobados sin cuestionamientos. A esto, Maduro le llama una “constitución comunal” basada en el sistema creado por Hugo Chávez, misma que estará integrada por los beneficiarios de los programas sociales (conocidos como misiones), los pensionados, los indígenas, la juventud que apoya a la denominada Revolución Bolivariana y otros grupos afines.

“Será una constituyente ciudadana y chavista en la que no participarán las viejas estructuras de los partidos políticos”, detalló Maduro. “Los restantes 250 asambleístas serán elegidos por voto directo y secreto en las circunscripciones municipales”.

Por otra parte, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD)  intensificaban sus protestas en el centro de Caracas. Grupos opositores marcharon para hacer un plantón en las sedes del Tribunal Supremo de Justicia y del Consejo Nacional Electoral, pero fueron fuertemente reprimidos por la policía militarizada con balas de gomas y bombas lacrimógenas. Al menos 33 manifestantes resultaron heridos en la jornada de protestas.

Para el líder de la MUD, Henrique Capriles, la acción realizada por Maduro significa un golpe mortal a la democracia. “Lo que terminó presentando Maduro es mucho peor que la denuncia que hicimos. El presidente ha disuelto la democracia y la República. La Constituyente es una estafa para engañar al pueblo con un mecanismo que no busca otra cosa que agravar la crisis en Venezuela”, ratificó.

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