El rijoso Calderón contra todos

Humberto Musacchio

Felipe Calderón está convertido en ave de tempestades. Un día se enreda en un pleito feroz con Humberto Moreira, a quien acusa de haber recibido de un contratista millones de pesos “en costales”, lo que respalda con un documento, presuntamente de una corte federal de Corpus Christi, Texas, según el cual fueron varios los “sobornos” a partir de 2008, justamente cuando el presidente de México no era otro que Felipe Calderón Hinojosa, quien debió saber de esos ilícitos y actuar en consecuencia, lo que no hizo por ineptitud, indolencia ¿o complicidad?

A la candidata de Morena a la gubernatura mexiquense no le reconoce capacidad para ocupar tan alto cargo y, según él, Delfina depende de Andrés Manuel López Obrador, con lo que incurre en discriminación de género, algo que debería tener presente, pues algunos comentaristas señalan que su interés en promover a Margarita Zavala como precandidata presidencial tiene por móvil convertirla en su títere. Por supuesto, en uno y otro caso hay que rechazar esas versiones torcidas que groseramente faltan al respeto a las mujeres e ignoran sus capacidades.

Ahora el rijoso michoacano, el mismo que hizo ejecutar a cien mil mexicanos en su loca y antipolítica guerra para combatir el crimen organizado, la ha tomado contra sus propios compañeros de partido, especialmente contra Ricardo Anaya, presidente del PAN, a quien tanto Calderón como Rafael Moreno Valle acusan de estar trabajando para su propia candidatura presidencial en perjuicio de Margarita Zavala y de Moreno Valle.

En el rudo enfrentamiento ocurrido durante la reunión del Consejo Nacional panista, el sábado 29 de abril, Felipe la emprendió también contra Juan José Rodríguez Prats, quien antes había acusado a Calderón de haber impuesto “como jefes nacionales” del PAN a Germán Martínez y César Nava y de pretender lo mismo con Roberto Gil y Ernesto Cordero, lo que suscitó la respuesta de que los panistas “no eran un rebaño de corderos”, lo que en 2015, con la complicidad del “mierdita” de Madero, le habría costado al tabasqueño la diputación, según lo que dijo al columnista Francisco Garfías.

Fue tan agria la polémica, que Calderón amenazó con dejar el PAN, como niño que si no juega de portero se retira con todo y su balón. De ahí que el consejero nacional vitalicio, José Luis Coindreau, comentó: “Si ha de renunciar, que no amenace, que renuncie y se acabó”. Pues sí, pero si se retira, aunque no podrá llevarse el balón, lo más seguro es que deje a los azules fuera del juego.

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