Entrevista con Imanol Ordorika/Director general de Evaluación Institucional

Nora Rodríguez Aceves

Hay una creencia que gira alrededor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM): que de ninguna manera debe involucrarse en procesos electorales y menos si se trata de la Presidencia de la República, porque es autónoma, apolítica, plural, porque no es bien visto que tenga simpatía o una posición, positiva o negativa,  por candidato o partido político alguno.

Otra cosa es que los estudiantes, académicos, investigadores o trabajadores tengan convicciones y preferencias políticas, es más que participen activamente en organizaciones políticas del color o ideología que prefieran. Pero la UNAM solo puede involucrarse en el análisis, en el debate sobre problemas que aquejan al país, incluso hacer propuestas, iniciativas, para contribuir a resolverlos, pero no tomar un partido político o una posición política identificada con los actores del sistema político.

Las universidades son plurales

En este sentido, Imanol Ordorika Sacristán, director general de Evaluación Institucional de la UNAM, expresa a Siempre! su opinión al respecto. “Cuando hay tiempos electorales, las universidades no son homogéneas en general, históricamente en muchas universidades, sobre todo estatales ha habido una  tendencia al oficialismo,  a que las autoridades universitarias apoyen a los candidatos oficiales en turno, mayoritariamente esto ha sido en favor de las candidaturas del PRI, pero en las universidades hay una enorme pluralidad política”.

A veces hay apoyo a una tendencia o a otra, es como tiene que ser, no puede haber una postura oficial de la universidad frente a los procesos políticos electorales, pero los universitarios sí pueden tenerla frente a distintas opciones políticas o la crítica del sistema político y de los partidos en su conjunto como ocurre con frecuencia. Esto es lo que se verá en el próximo proceso electoral del 2018, asegura Ordorika

Aunque, “hay ocasiones en las cuales —la Universidad— se vuelve el interés de ciertos partidos políticos, esto ha sido tradicional por parte del PRI, tratar de generar conflicto al interior de instituciones educativas para inmovilizar corrientes universitarias que tradicionalmente han sido bastante críticas del partido oficial, y que con eso no han dudado en tratar de utilizar instrumentos de provocación para generar ciertos tipo de conflictos”.

Sin embargo, las universidades en general han podido manejar estas situaciones, sobre todo cuando abren más posibilidades al desarrollo del debate político y  dan cauce a los conflictos de por sí existentes dentro de las instituciones universitarias, apunta el académico.

Fundador y miembro permanente del grupo interinstitucional denominado Seminario de Educación Superior con sede en el Centro de Estudios sobre la Universidad e investigador del Instituto de Investigaciones Económicas, Ordorika afirma que entre Universidad y quehacer político existe una relación intensa en muchos ámbitos, no sólo en el aspecto electoral. La Universidad es un espacio en el que se discuten los grandes problemas del país, la propia Universidad y el proyecto universitario.

Por tanto, “esta relación entre Universidad y política está presente todo el tiempo y se juega todo los días, entre otras cosas se juega la subsistencia misma de la Universidad, los recursos que se le otorgan y las políticas públicas que tienen que ver con ella”.

La visita de Cárdenas, circunstancia particular

El doctor en educación con especialidad en ciencias sociales y política educativa por la Universidad de Stanford, destaca que la ocasión en que Cuauhtémoc Cárdenas visitó la UNAM en 1988, durante su campaña presidencial, fue un evento extraordinario, porque “hay ocasiones en donde los universitarios tienen, en los sectores estudiantiles o magisteriales, una postura política mayoritaria y homogénea que se pueden dar eventos como el de la presencia de la candidatura entonces del ingeniero Cárdenas en Ciudad Universitaria. Son circunstancias particulares”.

Reconocido por su activismo durante su participación en el Consejo Estudiantil Universitario en 1986-87, Ordorika afirma que es positivo que en la medida de la aceptación de los universitarios unos u otros candidatos puedan exponer públicamente sus ideas dentro de Ciudad Universitaria o de cualquier otra institución universitaria. “No es un espacio tradicional para hacer campaña, para venir a hacer un mitincillo de tipo electorero, sino que hay algunos momentos históricos en los cuales hay una confluencia de gran nivel entre amplios sectores de universitarios con alguna de las posturas políticas que están en juego”.

En este momento de coyuntura electoral hacia 2018, el doctor Ordorika no ve que ese sea el caso con alguna de las candidaturas que se están mencionando, pero también es cierto que estamos a mucha distancia del proceso electoral, poco más de un año, eso en términos políticos es todavía mucho tiempo.

Aunque advierte que “los procesos políticos cambian, son dinámicos y no puedo hacer una predicción de qué es lo que vamos a vivir cuando ya esté echado andar el proceso electoral del 2018”.

 

Caso Lesvy

El doctor Ordorika reconoce que la UNAM no está aislada de los hechos que ocurren en el país, del ambiente de violencia que se vive, ahí está el asesinato de Lesvy Berlín Rivera Osorio, cometido el pasado 3 de mayo en las instalaciones de Ciudad Universitaria. “Nadie —dice Ordorika— ha adjudicado el asesinato de Lesvy a grupos ‘extremistas’ o provocadores. Se insiste en un caso de feminicidio”.

Sin embargo, advierte que “hay que tener mucho cuidado con el uso de términos como grupos provocadores, porque en la Universidad no solo aparecen multitud de grupos, sino que existen dentro de ella y existe como usted dice manifestaciones de todos los aspectos positivos, negativos, de la sociedad mexicana en su conjunto”.

Ordorika evoca que Javier Barros Sierra solía decir que la Universidad Nacional era el espejo del mejor México posible, pero que también en ella se reflejaban buena parte de los problemas del país, y eso es lo que vivimos. En el asunto del asesinato de Lesvy, hace ya dos semanas, en temas como esos, lo que tiene que hacer la Universidad es exigir la transparencia, la eficiente intervención de los órganos judiciales, de llamar a las cosas por su nombre, de no ser parte de ningún intento de encubrimiento, ya sea por ineficiencia o por desviación o prejuicio, ser muy crítico de actitudes como la que tuvo la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, apunta el doctor en educación.

No es suficiente con que la Universidad invoque valores y organice campañas alrededor de distintos valores que hoy, se dice, están en entredicho y que es necesario reivindicar como el respeto a la vida humana en primer lugar, esos valores tienen que reivindicarse en la práctica, ser evidentes en la acción misma de la universidad en todo momento, en la caracterización de los fenómenos  que se viven y en su compromiso intenso con la claridad con la transparencia, con la solución justa y apegada al derecho de los acontecimientos como el reciente asesinato que ocurrió en ciudad universitaria, concluye Ordorika Sacristán.

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