Un grito en busca por la dignidad, la igualdad y el respeto que todos merecemos, en especial para las niñas, jóvenes y mujeres mayores que se dedican a la prostitución, es lo que plasma el documental “Plaza de la Soledad”, de la fotógrafa mexicana Maya Goded, quien a través de su lente aborda las historias de personas vulnerables y valientes, que al final sirven como un objeto cultural esperanzador.

“Deseo que a través de mi trabajo se conozcan todas esas personas que de otra forma no se conocerían. Que las veas y te identifiques con ellas, que pienses en tu mamá, en tu tía, las veas como mujeres, no como mercancía o estadística”, explica la autora del documental que llega a la pantalla grande a partir de hoy, en la nueva edición de Ambulante. Gira de Documentales.

Según su propio sitio web, explica Goded, el proyecto fotográfico realizado en las calles de La Merced de la Ciudad de México, surgió de la necesidad de encontrar respuestas a interrogantes que, de manera inconsciente, la llevaron a recorrer calles y plazas. “Crecí en la Ciudad de México donde la sexualidad femenina está dominada por la moral cristiana, por la imagen idealizada de la buena mujer, la buena esposa, y una mistificación sin cuestionamiento de la maternidad”.

El trabajo de Goded transmite una sensación inusitada de intimidad y autenticidad, resultado de la confianza que logro establecer con las cinco sexoservidoras que trabajan en La Merced, y cuya realización tardo aproximadamente tres años.

“Es un diálogo entre ellas y yo. La realidad es como uno lo percibe, gracias al documental ellas pudieron verse a sí mismas. Ellas también tenían su guion y discurso. Fue una plática realmente. Todo se volvió como un juego entre ellas y yo”, explica.

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La sexualidad femenina, la prostitución y la violencia de género son los temas que ha explorado Goded por varios años, con la intensión de definir el rol de la mujer en una sociedad que actualmente se visualiza sumamente estrecha, con una feminidad cercada por los mitos de la castidad, la fragilidad y la maternidad.

A través de series fotográficas en el 2005, Maya –conmovida por la situación- apoyó a familias de las mujeres desaparecidas en Ciudad Juárez. Debutó como cineasta en el 2009, con el cortometraje: Una Reina a Su Gusto, mostrado en el Festival de Cine de Morelia en 2011.  Actualmente es miembro candidato en la Agencia Magnum.

Otros trabajos que se destacan, es Welcome to Lipstick (2010), una serie de imágenes que fueron tomadas en un distrito en la frontera de México y Estados Unidos descrito como “un inframundo de prostitución”, y Tierra de Brujas, donde capturó mujeres practicando brujería y religión en el norte del país.

Ha recibido galardones como el World Press Photo de 1996, en el Fotopress ’01, así como el otorgado por la Fundación W. Eugene Smith en 2001 y el de la Fundación Guggenheim en 2003. En 2010 recibió el Premio Príncipe Claus otorgado por la fundación del mismo nombre y el gobierno de los Países Bajos.

“Fotografiar ciertos fantasmas ha sido una forma de exorcizarlos y entenderlos. No es algo instantáneo. Sales, tomas fotos y luego, en algún momento, entiendes el por qué de ciertas obsesiones”.

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