Se solicitan delincuentes

Marco Antonio Aguilar Cortés

En el México actual la gente honesta no encuentra trabajo, y cuando lo halla, con mucha dificultad, recibe salarios de hambre.

Sin embargo, hoy las fuentes de trabajo para actividades delincuenciales son, en nuestro país, muy bien pagadas, de variadas especies e, incluso en algunos casos, dignas de corridos que mueven a la aceptación en ciertos sectores populares.

La escasez de trabajo honrado con ingreso decoroso, y la abundancia de oportunidades ilícitas y lucrativas, en el México de hoy, es resultado de nuestras equívocas políticas públicas en todos los fenómenos sociales.

Crasos errores educativos, absurda conducción económica, estúpido manejo político, injusticias por doquier y aliento constante a la corrupción en todos los niveles, dañando, así, a nuestras instituciones más preciadas.

Y ese mal recibe, todos los días, duros ataques discursivos de los individuos más poderosos del país; pero ellos mismos, cotidianamente, con su conducta producen la corrupción que a todos afecta.

Difícil, pero posible, que de esos grupos de poder salga una generación, capaz y honesta, que logre poner un hasta aquí a tanta truhanería desvergonzada, mejorando con audacia eficaz y talento pertinente toda nuestra organización socioeconómica. Probando, otra vez, que la cuña para apretar debe ser del mismo palo.

Igualmente, puede ser que grupos opositores honestos, fuera del poder, lleguen a realizar una gran limpieza, generando una libertad con orden, y una justicia a toda prueba.

De una u otra forma, lo importante y urgente es restablecer la permanente confianza del pueblo, acrecentándola con base en una conducta gubernativa intachable, de resultados eficaces en seguridad, productividad y distribución justa de lo producido; priorizando la sólida formación de mexicanos con significado nivel cultural y educativo, desarrollando un eficaz esquema escolarizado como parte de un sistema de todos nuestros medios masivos de comunicación, con el auxilio de la experiencia inteligente que hay en esos medios, con el apoyo de sus dueños, pero en caso extremo en contra de los dueños de esos medios, si ellos se convirtiesen en estorbo para los altos fines culturales y educativos de los mexicanos, únicos dueños de todo México.

Si las autoridades gubernativas no son capaces, como no lo han sido, de ganar la confianza de la población, se reprueban a sí mismas.

Y por ello, cada día crece, lamentable y dolorosamente, el número de personas que apoya la delincuencia organizada. Este inaceptable fenómeno es urgente frenarlo, pero no a balazos, sino con inteligencia. Requerimos cuidar, respetar y apoyar nuestras fuerzas armadas; de lo contrario, entramos en un caos de grave costo.

Beatriz Pagés en editorial aparecido en el número 3333 de la prestigiada revista Siempre! llama a no permitir que “la delincuencia se monte en la pobreza para desacreditar nuestras instituciones”.

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