Donald Trump ya puede estar feliz, logró una de su promesas de campaña: derogar el sistema de salud pública conocido como Obamacare, creado por su antecesor. La Cámara de Representantes aprobó por una votación mínima de 217 votos a favor y 213 en contra, el desmantelamiento de este programa que subsistió durante las dos administraciones de Barack Obama.

Nótese que se trata de una victoria simbólica pues la bancada republicana, que fue la que prácticamente apoyó la moción, apenas si ganó por un voto requerido para la aprobación; lo que evidencia el rechazo que aún hay al gobierno trumpista. Sus contrincantes demócratas se opusieron a la medida, al tiempo que su representante Nancy Pelosy calificó la acción como una “monstruosidad moral”.

Ahora la iniciativa pasará al Senado, donde los republicanos esperan superar nuevamente a sus rivales, a lo que aventajan sólo con seis escaños más.

Para Trump es una victoria, raquítica, pero lo es, así que no perdió momento para celebrarlo y apenas se dio a conocer le resultado de la votación en del recinto legislativo, organizó una fiesta en la Casa Blanca con los congresistas de su partido. “Tengo toda la confianza de que superaremos el voto del Senado”, dijo el magnate en un discurso pronunciado en el Jardín Rosado, donde se comprometió a hacer que el nuevo sistema sanitario baje los precios de las pólizas.

El dirigente del Partido Demócrata, Tom Pérez, se deslindó de las “muertes que Trump y los republicanos causarán con su nuevo proyecto sanitario. Incluso, la mayor agrupación de estadounidense retirados se pronunció en contra de la derogación del Obamacare y afirmó que los cambios a la ley “hacen que un texto malo sea aún peor”.

Específicamente, uno de los embrollos que temen los detractores del proyecto Trump es que reconocerá la facultad de los Estados a decidir qué enfermedades deben cubrir todas las aseguradoras que operen en su territorio y cuáles serán opcionales, algo que hasta ahora no podían hacer. El gobierno de Trump asegura que a nadie le será denegada la cobertura por una dolencia previa —nacer con una enfermedad congénita, haber padecido cáncer o sufrir depresión— desde antes de contratar un seguro.

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