Entrevista con Hernán Molina/Analista político

Gerardo Yong

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha estado bajo fuego desde que surgió victorioso en las elecciones de noviembre pasado. La Oficina Federal de Investigación (FBI) lo ha tenido en la mira desde entonces por su sospechosa relación con Rusia, país al que se le acusa de haber interferido en la elección presidencial en su favor y en abierto detrimento a Hillary Clinton. La admiración que profesa a Moscú, lo ha puesto en un nivel de desconfianza no sólo popular, sino para muchos políticos incluso de su propia bancada republicana.

Recientemente recibió la visita del ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, considerado como el brazo derecho del presidente Vladimir Putin. Aunque en la reunión estuvo presente el asesor en seguridad nacional, H. R. Mc Master, se dice que sólo tuvieron acceso los medios rusos, excluyendo a los de Estados Unidos.

Hernán Molina

The Washington Post señaló que el magnate inmobiliario reveló información a sus contrapartes rusos, lo cual fue visto con gran preocupación por la comunidad de inteligencia estadounidense. Incluso el servicio de espionaje israelí llegó a la conclusión de que Trump es un riesgo para la seguridad, al poner en peligro a uno de sus miembros al revelar información sobre un posible atentado en un vuelo que realizaría el Estado Islámico a través de dispositivos portátiles; información que sólo había sido compartida a Estados Unidos.

Las cosas se le complicaron aún más luego que despidiera al director del FBI, James Comey, responsable de la investigación sobre la también llamada trama rusa, a quien despidió hace unas semanas por considerarlo un fanfarrón y por haberle negado lealtad a su investidura presidencial.

En entrevista con Siempre!, Hernán Molina, analista y estratega con amplio conocimiento de la política estadounidense, radicado en Los Ángeles, considera que hay posibilidad de llevar a juicio político a Trump por obstrucción de justicia, ya que todas las acciones que ha realizado parecen evidenciar que busca desmarcarse de las investigaciones sobre su posible conexión con Rusia.

Molina asegura que esta situación es posible si el Congreso decide llevar a cabo este proceso, mediante el cual se le destituiría bajo la acusación expresa de obstrucción de justicia, algo que recuerda el caso de Richard Nixon, quien presentara su renuncia para evitar un juicio político, un proceso que le hubiera sido más vergonzoso.

 

La situación es muy complicada

¿En qué situación se encuentra el gobierno de Donald Trump en estos momentos?

Complicada, muy complicada. Una situación donde la Casa Blanca dice una cosa, el presidente la desmiente, hace quedar mal al secretario de prensa y hace que la Casa Blanca pierda credibilidad obviamente. El presidente ha hecho cosas que bordean casi lo ilegal cuando se trata de haberle sugerido al director del FBI, James Comey, que se olvidara de la investigación de Michael Flynn y sus conexiones con Rusia. Obviamente Trump está preocupado, de lo contrario no hubiera pedido que se olvidaran de esa investigación.

Las investigaciones han resultado una molestia profunda para Trump.  ¿Cómo queda su presidencia luego de que se descubrió que habría revelado información al canciller ruso Serguei Lavrov y, sobre todo, que Vladimir Putin saliera en su defensa diciendo que podría aportar una transcripción de lo que se habló en esa reunión?

Resulta irrisorio que Rusia quiera ayudar después de todo lo que ha hecho, porque hay un reporte al respecto que muestra que los rusos han confabulado en las elecciones presidenciales, particularmente contra la candidata demócrata Hillary Clinton.

Es hasta una burla a la inteligencia de los estadounidenses, sobre todo de aquellos que rechazan la interferencia de Rusia. Es poco creíble que los rusos pretendan proveer material para que el país quede más tranquilo.

La realidad es que la tranquilidad es algo distante con los rusos. Los mismos demócratas y varios republicanos en el Congreso han rechazado y seguirán rechazando cualquier oferta de Rusia porque no es creíble y no quieren saber nada de ellos, porque saben, sobre todo los republicanos, que este será un tema que seguirá desarrollando cada vez más aristas y que va a impactar en la mayoría que tiene por ahora en el Congreso.

Para precisar, ¿cómo ve el pueblo estadounidense a Rusia, ¿sigue considerándolo enemigo como sucedió durante la Guerra Fría?

La gran mayoría sí. Según una encuesta efectuada por Reuters Ipsos la semana pasada, después de que Trump despidió a Comey, mostró que más del sesenta por ciento de la población estadounidense quieren que las investigaciones de la llamada trama rusa se realice con un fiscal independiente. La sensación es que hay poco amor hacia Rusia y queda en el aire lo que Rusia y Trump, sobre todo sus funcionarios de campaña, han hecho realmente.

 

Dispara como si fuera John Wayne

El estilo de Trump también ha despertado análisis en otros sentidos, como su perfil sicológico, incluso hay quienes lo exhiben como un inexperto para el puesto que desempeña, ¿qué apreciaciones tiene usted al respecto?

Aquí hay dos cosas, una es la personalidad impulsiva que está creando el presidente: una persona que reacciona en lugar de accionar. En vez de gestionar, pega tiros como lo hacía John Wayne y eso nunca lleva a buen puerto. Por otra parte, su arrogancia no le permite escuchar opiniones de sus propios consejeros, que tienen más experiencia y saben más para que no cometa errores. La otra cosa que ahora demuestra y que en su momento deslumbró a la gente que lo consideró como un agente de cambio también está pasando para, en su lugar, dejar relucir que no tiene experiencia, que no tiene conocimientos.

Yo creo que es una persona, y esto él lo ha admitido, que no lee, que no está educada; que es ignorante en varios temas. El problema de ser presidente y no tener los conocimientos es una cuestión muy complicada y demanda gran experiencia, así como una humildad para poder escuchar a los demás, llevar adelante gestiones y tomar decisiones tan importantes como lo es la de gobernar a la primera potencia del mundo. Esto está dejando al descubierto los problemas de personalidad y de educación que tiene nuestro presidente.

Se tiene la percepción de que el haberle exigido lealtad a Comey y su posterior despido, muestra a un Trump que trata por todos los medios de evitar ser investigado por la interferencia de Moscú en su victoria electoral y los contactos de su equipo de campaña, ¿puede considerarse como una obstrucción de la justicia?

Me reuní con John Dean, el abogado de la Casa Blanca durante los procedimientos de impeachment de Richard Nixon, y me hizo un comentario muy importante: para que sea considerado obstrucción debe haber un proceso legal en curso y por el momento no lo hay. A Flynn no se le hizo una acusación formal. Yo creo que el Congreso va a empujar con un fiscal independiente. Para llegar al impeachment se debe llegar a los votos, primero del comité judicial en la Cámara de Representantes, después tiene que ir a votación de dos tercios de los representantes, o sea que los republicanos y parte de los demócratas van a tener que votar, esbozar la acusación y después turnarla al Senado, donde se hace el juicio al presidente. Se necesita que los dos tercios estén presentes para votar y, de ahí, es cuando viene el proceso de remoción. Estamos muy lejos de llegar a ese punto porque primero hay que determinar si realmente hubo una obstrucción de justicia.

Usted menciona que la moción que permitiría un impeachment tiene que ser aprobada por dos tercios del Congreso, ¿realmente la propia bancada de Trump podría votar en su contra?

En este momento no creo que la mayoría se preste a eso, porque todavía Trump tiene un poco de espacio para poder zafarse, para deslindarse de estos problemas; eso si es que realmente cambia el curso y entiende que hay que hacer las cosas mejor.

En el momento en que el presidente agrave la situación y desafíe, como generalmente hace provocando más disgusto en la prensa y en la comunidad de inteligencia, en los congresistas, sobre todo en los demócratas y parte de los republicanos, éstos van a querer despegarse de estar asociados con el presidente y algunos más se verían forzados a no sólo actuar en su contra, ya se convertiría en un riesgo demasiado alto para su propia supervivencia como funcionarios elegidos al Congreso.

En caso de un impeachment a Trump, ¿cuánto tardaría este proceso? ¿Concluiría su mandato o renunciaría antes?

Si hay impeachment y se le encuentra culpable, el Congreso vota la remoción. Si es removido, ni siquiera hay renuncia. Básicamente es removido de su oficina y su mandato termina en ese momento. La diferencia en el caso de Nixon es que él sabía que se le venía la noche anterior y que los mismos republicanos iban a votar en su contra, como ya habían anunciado que lo iban a hacer. Entonces, antes de que fuera al impeachment decidió renunciar. Esto quiere decir que es mejor renunciar a que se te echen encima.

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