Incertidumbres y dudas
Luis Humberto Fernández Fuentes
La elección en Francia nos deja muchas reflexiones, lecciones, pero también incertidumbres y dudas. Si bien Emmanuel Macron ganó con una amplía mayoría, no significa que las políticas xenófobas y ultranacionalistas estén derrotadas. El debilitamiento de los partidos tradicionales, la falta de opciones viables y el enojo de las clases medias seguirán alimentando estos movimientos.
El 11 y 18 de junio habrá elecciones legislativas en Francia, en las cuales los nacionalistas y los partidos tradicionales se podrían reposicionar, lo que podría poner en una situación incómoda a Macron. Es importante destacar que Macron no es el paladín de un proyecto social incluyente, es diferente, creó una nueva fuerza política, lo cual no significa que sea progresista o liberal.
Actualmente el mundo se debate en dos tensiones: a) un statu quo representado por los partidos y los actores tradicionales, y b) la fuerza del enojo de la ciudadanía frente a la falta de respuestas a sus demandas, que se ha materializado en el surgimiento de líderes carismáticos y la salida fácil del neonacionalismo. No se ha podido consolidar una opción de renovación responsable con visión social que ofrezca soluciones reales a los problemas.

Esto es muy peligroso para la estabilidad política del mundo. Si no se consolida una nueva vía, estaremos debatiendo entre dos opciones sin viabilidad ni futuro. A estas condiciones políticas se suman las nuevas condiciones económicas, el cambio en el trabajo, el cada día mayor uso de robots industriales desplazando la mano de obra humana, la concentración de riqueza cada vez mayor y un capitalismo gore.
Es urgente abrir un debate político global sobre los conceptos de prosperidad, creación de riqueza, trabajo digno y darle una orientación al progreso con sentido humano.
Como vemos, Le Pen no ganó la elección en Francia, pero los ultranacionalismos, el pensamiento xenófobo y los líderes irresponsables y carismáticos están lejos de ser vencidos.
Las condiciones de presión sobre el sistema europeo, el problema migrante, la falta de crecimiento económico y las dificultades para mantener el estado social continuarán. Es previsible que los nacionalistas mantengan su lucha en el largo plazo y de no tomarse las medidas de fondo, progresarán, sobre todo porque confrontan un sistema que los alimenta con su indolencia e incapacidad, y que está confundido entre sus temores y sus abusos.
@LuisHFernandez

