Activistas de derechos humanos, investigadores y periodistas han sido objeto de espionaje en nuestro país por parte del gobierno mexicano, revela en su edición de hoy The New York Times.

Con base en el estudio de mensajes examinados con la ayuda de analistas forenses independientes, se llegó a la conclusión de que es a través de un sofisticado software conocido como Pegasus, creado por NSO Group, que se llevó a cabo el espionaje.
Entre las personas que fueron el objetivo de este programa, se encuentran abogados de los padres de los estudiantes desaparecidos en Iguala provenientes de Ayotzinapa, Juan Pardinas, académico y redactor de la iniciativa para la ley 3 de 3; Carmen Aristegui, periodista; Carlos Loret de Mola, también periodista, así como a familiares cercanos a estos personajes.
De acuerdo al reportaje, la manera en que se realiza el espionaje es mandando un mensaje de texto en donde hay un enlace, si la víctima hace click, el programa toma el control del teléfono y puede tener acceso a toda la información que contiene.

 

 

Uno de los casos que ilustran la forma en que se lleva a cabo el espionaje es el de Mario Patrón, director ejecutivo del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, Centro Prodh, quien en el contexto de la investigación sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa recibió un mensaje en que se afirmaba que el gobierno mexicano estaría al frente del GIEI, con un enlace que conducía a una página en blanco.
En realidad era el programa Pegasus que se había infiltrado en su celular y podía conocer la información de sus llamadas, contactos, mensajes y demás datos almacenados en el mismo.
The New York Times se puso en contacto con NSO Group para conocer su postura con relación al uso que el gobierno mexicano hace de su software, con las evidencias que se han reunido al respecto, pero la empresa no reconoció abuso en este caso, además de que es poco lo que podría hacer: denunciar al gobierno ante el propio gobierno, por lo que éste tendría que vigilarse a sí mismo.