“El poder emplea el concepto de “oposición” para definir la más grave acusación que se pueda pensar; es sinónimo de la palabra “enemigo”; acusar a alguien de “oposición” es como decir que proyecta derribar al gobierno”.
Václav Havel.

Ser oposición en Rusia siempre ha sido difícil. En diferentes momentos de la historia de este gigante país han existido gobiernos autoritarios —como en la época de los zares— o de régimen único —con la Unión Soviética— en que ser oposición en territorio ruso significaba ser perseguido, exiliado —como Lenin— o inexistente.

A más de un cuarto de siglo de la caída del Estado socialista, Rusia se ha convertido en un país donde la oposición tiene pocas posibilidades de tener triunfos electorales debido al gran poder que posee el Presidente Vladimir Putin, en ejercicio desde 2008, (aunque anteriormente fue Primer Ministro de 2000 a 2007).

A tal grado que después de la desintegración de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) únicamente Boris Yeltsin (1992-1999), Vladimir Putin (2000-2008), Dimitri Medvedév (2008-2012) y nuevamente Putin han ostentado el cargo de Presidente de la Federación Rusa; lo que demuestra la consolidación del Partido Rusia Unida en pocos dirigentes.

Si bien existen diferentes fuerzas políticas opositoras que buscan ser alternativas frente a la fuerza política dominante, un dirigente ha destacado en los últimos años: Alekséi Navalny.

Con 41 años de edad, este abogado ruso pertenece a una nueva generación. Aún no era ciudadano cuando cayó el muro de Berlín y muy joven vivió la transición entre la antigua URSS y la nueva Federación Rusa. Dicho personaje se ha hecho popular debido a su apoyo a diferentes causas sociales además de participar por medio de las redes sociales a diferentes causas comunitarias; por lo que ha aglutinado diferentes apoyos de minorías que en suma, lo han convertido en líder de la oposición en un gobierno firme que difícilmente le dará espacios de decisión a los adversarios al partido dominante.

¿Qué oportunidades ha tenido Navalny para su actuar político? En sus últimas apariciones públicas se ha visto vigilado por la policía en manifestaciones pacíficas. Sin embargo, este dirigente no podrá contender en los comicios de 2018, debido a la acusación por malversación que el poder judicial consideró procedente. Caso similar a lo que vivió en 2013, pese a que el dirigente opositor negó los cargos.

Pese a ello Navalny encabezó protestas a fin de defender su posición, lo cual se fortaleció con la postura de la Corte Europea de los Derechos Humanos que consideró que este juicio fue injusto. Pese a sus cargos el gobierno ruso ha permitido las salidas del país al abogado, que cobró fama internacional por las manifestaciones que encabezó al principio de la década.

Sin embargo; y con el apoyo del exterior Navalny podrá argumentar que los juicios que ha enfrentado han sido una maniobra para impedir su participación electoral. Por lo que el gobierno de la Federación Rusa está ante la vista internacional a fin de ofrecer elecciones en equidad de oportunidades.

No obstante, no es un reto sencillo ante la opinión pública internacional, sobre todo con casos de protestas que fueron castigadas severamente como la realizada por el grupo musical Pussy Riot que mantuvo en la cárcel por algunos años a sus integrantes; las cuales ya en libertad fueron agredidas en los Juegos Olímpicos de Sochi 2014. Por tanto, Navalny, como otros opositores, deben tener cuidado a fin de no exponerse a estos riesgos, y que tengan la posibilidad de exponer sus ideas en un marco de libertad de expresión.

Pese a las censuras u obstáculos que podrían enfrentar tanto este líder de oposición como otras fuerzas políticas que busquen participar en los próximos comicios de la Federación Rusa tendrá que haber la estructura operativa que permita generar una campaña electoral exitosa.

Esto es difícil no sólo por la gran extensión del territorio de este país (más de 17 millones de kilometros2), sino por la gran diversidad cultural y étnica de sus cerca de 146 millones de habitantes, que se distribuyen en 85 entidades federales, lo que implica un desafío alto en la política.

Además, el Partido Rusia Unida ha sido el dominante en las últimas elecciones, por lo que controla tres cuartas partes de la Duma, es decir, el Poder Legislativo; además de contar con presencia en todo el país con más de 2 millones de afiliados. Por lo que las fuerzas opositoras han tenido además de restricciones en sus campañas también luchar contra un partido hegemónico, por lo que la suma de minorías que ha logrado unir Navalny puede ser que no le den los resultados para consolidar un proyecto nacional.

Sin embargo, un punto a favor de este dirigente opositor es el uso de nuevas tecnologías y el impacto que puede lograr en la población más joven, es decir, los próximos ciudadanos que elijan el porvenir del país más grande del planeta. Ser oposición en ocasiones es más fácil que gobernar, no en Rusia y no en estas circunstancias, por lo que Navalny ha luchado por que las voces de quienes no se sienten representados lleguen a los oídos de los gobernantes; aunque a sus espaldas lleva las acusaciones de corrupción o peculado, que sean demostradas o no, han mermado las aspiraciones de este político ruso.

El autor es Doctor en Humanidades, Universidad Latinoamericana.