Entrevista con Alberto Bautista | Universidad La Salle.

Normalmente, los historiadores y analistas internacionales toman como referencia el fin de la Segunda Guerra Mundial para hablar o referirse a los cambios que visualizan en la arena mundial. Al parecer esa tendencia tendrá que cambiar con las nuevas perspectivas que se han creado a partir de sucesos como el brexit, en Reino Unido o el gobierno de Donald Trump. Este último ha tratado de incluir a Rusia en el escenario mundial y de alejar ese fantasma del viejo Estado comunista, amenazante del capitalismo democrático. Para el analista internacional Alberto Bautista Pérez, Trump ha contribuido en gran parte a un acercamiento inédito con Moscú, abriendo incluso la posibilidad de desmantelar la Alianza Atlántica de la OTAN.

El también catedrático en derecho internacional de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle asegura que estos cambios obligarán a Europa a cambiar sus propias perspectivas de integración regional, las cuales habían estado funcionando teniendo a Estados Unidos como la piedra angular de la alianza occidental y del sistema de bloques internacionales, por el de algo que podría denominarse como “sectorización hemisférica”.

Según el especialista, con la llegada de Emmanuel Macron al poder en Francia, el bloque franco-alemán tendrá que repensar las estructuras europeas bajo el esquema de “Una sola Europa”, algo que también ha comenzado a hacer la misma población británica a un año de haber aprobado su salida de la Unión Europea.

A continuación les presentamos la entrevista que este experto sostuvo vía correo electrónico con Siempre!

Hacia el bloque europeo

Durante mucho tiempo, Estados Unidos fue el principal aliado euroatlántico de la Unión Europea; a partir del gobierno de Trump, todo parece haber cambiado, tanto en el juego de las alianzas como las mismas relaciones económicas. ¿Qué perspectivas podemos ver del bloque europeo en el futuro.

Una vez que finalizó la Segunda Guerra Mundial, cambió la geopolítica, porque los vencedores de este conflicto bélico (Estados Unidos de América y la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) tuvieron posiciones antagónicas, que los llevaron al periodo que se conoce como “Guerra Fría”, por lo que prácticamente se dividieron Europa, y parte del mundo, en su denominada esfera de influencia.

Por lo anterior, el gobierno de Estados Unidos de América celebró el “Tratado de Washington”, firmado el 4 de abril de 1949, con los siguientes países: Bélgica, Francia, Luxemburgo, Países Bajos, Reino Unido de la Gran Bretaña, Canadá, Dinamarca, Islandia, Italia, Noruega y Portugal. Con esta acción se constituyó la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en donde sus Estados miembros acordaron defenderse mutuamente ante cualquier agresión de un Estado no miembro. De hecho, la OTAN se creó para protegerse ante cualquier ataque de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la cual reaccionó creando a su vez el denominado “Pacto de Varsovia” (1955), en donde participaron, además de la URSS, los siguientes países: Polonia, Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Rumania, Albania y la República Democrática de Alemania.

Cuando en 1991 se disolvió la URSS, se pensó que su sucesor, la “Federación Rusa”, disminuida con la independencia de las diversas repúblicas que integraban la Unión Soviética, quedaría relegada a un papel secundario, pero resultó lo contrario y con tan buenos resultados que se ha recuperado nuevamente, y sigue manteniendo su esfera de influencia en gran parte de las exrepúblicas de la extinta Unión Soviética, pero también en Oriente Medio, como es el caso de Siria. El gobierno de Donald Trump ha tenido un acercamiento con Rusia a tal grado que la OTAN podría quedar en entredicho, pero no hay que olvidar que la mayoría de los otros Estados miembros de la OTAN son europeos, por lo que el “Bloque Europeo” en materia de defensa se mantiene, a pesar de no contar con un apoyo definido por los norteamericanos, ellos siguen con esa alianza militar.

Frenando los extremismos

La victoria de Emmanuel Macron trajo muchas esperanzas de sobrevivencia para el bloque europeo. Se vislumbra que en octubre Angela Merkel también ganará las elecciones, ¿cómo quedaría el reacomodo de fuerzas políticas en torno a esto en una Europa de la cual Gran Bretaña y Estados Unidos buscan alejarse?

Cuando en 1990 se reunificó Alemania, ante la caída del Muro de Berlín, el país, en su conjunto, formó parte integral de la OTAN, por lo que pasó a la esfera de influencia occidental. En épocas de crisis, las alianzas surgen casi de manera natural, ante los enemigos en común. En este sentido, los europeos se están dando cuenta de que “la unión hace la fuerza”, por lo que los ciudadanos de esos países realizarán, en el momento de las elecciones, el llamado “voto útil”, votando por candidatos que proponen la integración regional, aunque no estén del todo de acuerdo con ellos, con la intención de frenar el avance de candidatos de partidos de extrema derecha, que podría debilitar sus políticas externas.

Ahora podemos ver más bien una confrontación por los mercados, sobre todo en momentos en que el crecimiento industrial de Rusia les preocupa, pues causaría una guerra comercial que afectaría los precios de los productos locales, con una pérdida enorme de empleos, que afectaría toda la región.

En este sentido, Donald Trump prefiere protegerse a sí mismo y la economía norteamericana, dejando a un lado a sus todavía aliados europeos, tratando de conservar sus empleos, pero en la realidad esto no ha resultado del todo cierto. Un buen ejemplo de ello es con las automotrices estadounidenses Ford y General Motors que, ante las presiones de Trump, no llevaron sus inversiones a México, con resultados contraproducentes, porque están cerrando plantas en Estados Unidos de América, ante una férrea competencia de productos de mejor calidad a precios más accesibles.

Por consiguiente los europeos están consiguiendo aliados, acercándose a países clave, como México y China. Un ejemplo de ello, es la reciente visita de Angela Merkel a nuestro país, para expresar su apoyo a México, en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte,  así como en la firma de diversos acuerdos comerciales entre Alemania y México.

 

Revirtiendo el brexit

Las pasadas elecciones en Gran Bretaña reflejan todavía que hay gran parte de la población inglesa que sigue peleando por revertir el brexit. La primer ministro Theresa May apenas si pudo lograr un gobierno minoritario para gobernar. Mientras que los laboristas y demócratas se fortalecieron, ¿cuál es el panorama político que se percibe a partir de esto?

En el momento en que se realizó el “Referéndum sobre la permanencia del Reino Unido de la Gran Bretaña en la Unión Europea” (mejor conocido como brexit), el 23 de junio de 2016, pocos, muy pocos británicos creían factible que en noviembre de ese año tendría la posibilidad de ganar Donald Trump las elecciones presidenciales. Pero ahora, al ver las consecuencias de las políticas económicas proteccionistas de Trump, tratan de corregir el rumbo, porque las acciones de este personaje están perjudicándonos a todos.

Cada semana se crea un nuevo escándalo por el actuar de Trump, por ejemplo, el “Acuerdo de París para el Cambio Climático”, de 2015, que entró en vigor apenas el 4 de noviembre de 2016, tuvo un grave revés, porque el pasado 1 de junio de 2017, Donald Trump anunció la retirada de Estados Unidos de América de este acuerdo, creando una crisis internacional en materia energética, por lo que los laboristas, en el caso de Reino Unido de la Gran Bretaña, y de los demócratas, en Estados Unidos de América, tratan de poner un freno a sus gobiernos, por el bien no solo de sus países, sino de toda la comunidad internacional.

 

La conexión EU-Rusia

Al parecer, la simpatía entre Trump y Rusia parece estar buscando que éste país salga de una vez por todas del temor que siempre le ha tenido Europa y el mismo Estados Unidos y se inserte más activamente en la comunidad internacional como un aliado sin el cual no se podrá gobernar bien al mundo, ¿Qué opinión tiene al respecto?

Con la caída del Muro de Berlín, en 1989, y la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), en 1991, muchas personas pensaron que Estados Unidos de América le habían ganado la partida a los comunistas, sin embargo, ya en pleno siglo XXI, Rusia, heredera directa de la extinta URSS, tiene un auge económico e industrial que nadie pensó que lograría en tan poco tiempo, dejando a un lado las ideologías, gracias a una economía de mercado, los rusos están consiguiendo el éxito económico.

En cambio, Estados Unidos de América vive una intensa crisis económica, que los obliga a pedir prestado, de manera cíclica y recurrente, para pagar sus gastos más básicos, y su poderío industrial va en franca decadencia. Esta fue una de las principales razones para que un candidato como Donald Trump, sin un conocimiento real de la economía, ni de las políticas económicas, tuviera la oportunidad de ganar una elección presidencial.