Un montón de rocas deja de ser un montón de rocas en el momento justo en el que alguien puede ver en ellas la imagen de una catedral.

Antoine de Saint-Exupéry

El mundo está cambiando de forma acelerada, la incertidumbre es parte del diario acontecer, desde las tensas relaciones geopolíticas hasta la volatilidad en los mercados financieros. En este sentido, la Constitución Política de la Ciudad de México, promulgada el 5 de febrero de 2017, es una respuesta proactiva a este mundo cambiante, incierto y que plantea grandes desafíos.

La redacción de este instrumento jurídico dota a la CDMX de un cuerpo de ley de vanguardia, plural e incluyente y la posiciona como una metrópoli moderna a la altura de las capitales del siglo XXI. En este proceso, mi participación fue una gran oportunidad para aportar al desarrollo de generaciones presentes y futuras, consciente de que todos debemos contribuir en la construcción de una ciudad de progreso y desarrollo.

En el reporte Doing Business 2016, publicado por el Banco Mundial y en el que se evalúa el desempeño de 189 economías respecto al clima y facilidad para hacer negocios, nuestro país avanzó lugares lugares. Sin embargo, cuando se analizan por entidad federativa las variables: apertura de empresas, obtención de permisos de construcción, registro de la propiedad y cumplimiento de contratos, se muestra que la facilidad para emprender, así como las condiciones administrativas y de regulación, no son las mismas en todo el territorio nacional.

Nuestra ciudad está en el penúltimo lugar en cuanto a facilidad, economía y rapidez con que puede abrirse un negocio. Y esto es trascedente ya que en México, según datos del INEGI, las micro, pequeñas y medianas empresas generan el 71.4% de los empleos.

Por lo anterior, impulsamos y conseguimos la creación del Instituto del Emprendimiento (artículo 17, apartado B, numeral 8) el cual impulsará la competitividad, la productividad y la innovación. Y entre sus funciones específicas estarán la creación, aceleración y consolidación de empresas, el fomento del vínculo universidad-empresa, apoyo a la integración y proyección de mercados y cadenas productivas nacionales e internacionales, estudios e investigaciones referentes al desarrollo productivo, entre otras.

Asimismo, en el citado artículo, numeral 2, se reconoce como un elemento clave el derecho a emprender, lo que significa que las autoridades deberán incentivar y promover el desarrollo de habilidades con el objetivo de generar valor mediante la producción de bienes y servicios para crear un ecosistema que detone la capacidad inventiva e innovadora de los emprendedores de la ciudad.

Sin embargo, las políticas de apoyo al emprendimiento deben ir acompañadas de procesos administrativos ágiles, transparentes, modernos y oportunos. Y en este sentido fue fundamental que nuestra propuesta de mejora regulatoria haya quedado plasmada en la Constitución (artículo 17, apartado B, numeral 5).

Lo anterior, por ser una política pública que genera normas claras, trámites y servicios simplificados, así como instituciones orientadas a obtener el mayor valor posible de los recursos disponibles y el óptimo funcionamiento de las actividades comerciales, industriales, productivas, de servicios y de desarrollo humano de la sociedad en su conjunto; para procurar los mayores beneficios para la sociedad con los menores costos y generar crecimiento y desarrollo económicos.

La función del gobierno es generar las condiciones de certidumbre jurídica para atraer inversiones productivas a nuestro país que se traduzcan en empleos formales y bien remunerados en beneficio de las familias mexicanas. Es un acierto de la mayor relevancia la inclusión del Instituto del Emprendimiento y políticas de mejora regulatoria en la Constitución de la Ciudad de México, pues lograremos una ciudad innovadora, incluyente y competitiva.

Hoy más que nunca, quienes servimos a la sociedad desde la trinchera de la vida pública tenemos que ser creativos, encontrar modelos de comunicación y vinculación con la sociedad y sobre todo entender las demandas de una ciudadanía cada vez más crítica y mejor informada que quiere y merece una ciudad transformadora en donde todos podamos alcanzar nuestro máximo potencial.

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