La medida afecta a refugiados y ciudadanos de seis países musulmanes.

Parte del veto migratorio de Donald Trump podrá entrar en vigor tras la decisión adoptada por el Tribunal Supremo de Estados Unidos, que da vía libre así a la prohibición de la entrada en Estados Unidos de refugiados y nacionales de seis países de mayoría musulmana.

“La decisión unánime del Supremo es una clara victoria para nuestra seguridad nacional”, afirma el Gobierno estadounidense en un comunicado de la Casa Blanca. “Como presidente, no puedo permitir que la gente quiera hacernos daño”, añade. Mi responsabilidad número uno, dice Trump a través de la nota oficial, “es mantener al pueblo estadounidense a salvo”.

Tras el veto impuesto a principios de año fueron varios los jueces que lo paralizaron y fiscales generales de 16 estados los que lo condenaron, lo que invitó a Trump a continuar defendiéndolo apelando a la Justicia. “Nos vemos en los tribunales, ¡la seguridad de nuestro país está en juego“, llegó a escribir el presidente estadounidense en su cuenta de Twitter.

De hecho, el pasado mes de marzo Trump anunció que iba a llevar su polémica medida a instancias del Supremo. “Vamos a pelear contra este terrible fallo, vamos a llegar hasta el Tribunal Supremo, vamos a ganar y vamos a mantener seguros a nuestro país y a nuestros ciudadanos”, dijo Trump durante un mitin en Nashville.

El Gobierno estadounidense defiende el veto al argumentar que países como Siria, Sudán y Yemen no tienen los mecanismos adecuados para examinar a las personas que viajan a EEUU y determinar si representan o no una amenaza para el pueblo estadounidense.

La primera versión de la medida fue anunciada el 27 de enero y tuvo que ser sustituida por esta segunda versión, bloqueada por la Justicia, debido a los continuos reveses judiciales.

El segundo decreto dejaba fuera a los ciudadanos de Iraq y modificaba la provisión sobre los refugiados sirios al prohibir su entrada al país durante 120 días y no de manera indefinida, como establecía el veto original.