“La cultura es fundamental, una persona que lee es infinitamente más rica que una persona que no lee”, afirmaba el escritor e intelectual catalán Juan Goytisolo Gay, al ser cuestionado de cómo su mirada de escritor y facultad de escribir sobre el mundo, contribuían a la mirada de los otros.

El escritor español, considerado uno de los pilares de la literatura española de la última mitad del siglo XX, falleció el día de ayer, 4 de junio, a los 86 años en Marrakech, la ciudad marroquí donde residía desde hace más de 20 años.

Desde niño, Juan Goytisolo (1931), tenía muy claro en ser escritor, pues el fallecimiento de su madre en 1938, cuando él tenía 7 años, por un bombardeo durante la Guerra Civil, marcó su infancia y toda su vida. Con aquella ausencia, su padre quedaría a cargo de Juan y sus otros tres hermanos (Marta, José Agustín y Luis), lo que funcionaría como hito sentimental en los tres varones cuando se convirtieron en escritores. Algunos especialistas en la obra de “la Casandra española” -como el mismo Juan se definía-, relacionan este suceso con su constante rechazo al franquismo y a la España tradicional en general.

El recorrido del también novelista, ensayista, autor de libros de viajes y reportero,  se encaminó a una extensa y variada obra narrativa y ensayista, prohibida en España por la censura franquista desde 1963. Su debut como narrador en los años de la literatura social de posguerra, fue con su primera novela, Juegos de manos en 1954, con ella Goytisolo siempre estableció una relación directa entre su abandono del realismo y la asunción de su homosexualidad.

En 1948 ingresó en la Universidad de Barcelona, en la que comienza la carrera de Derecho con la intención de convertirse en diplomático. Durante su época universitaria descubriría la literatura contemporánea y manifestaría inequívocamente su ateísmo.

En 1956 se trasladó a París, donde conoció a la que sería su esposa Monique Lange y comenzó a trabajar como asesor literario de la editorial Gallimard, dedicándose luego a la docencia en las universidades de California, Boston, Nueva York, entre 1969 y 1975.

Sus primeras novelas se inscriben en las tendencias del realismo social de los cincuenta, destacaba su pensamiento anti burgués. En su segunda etapa abandonó el realismo de su periodo anterior e incluyó nuevas técnicas de la novela moderna. Escribió Señas de identidad (1966) -novela que se publicó directamente en México, llegando a España hasta la muerte de Franco-, la Reivindicación del conde don Julián (1970), que aborda el exilio, y Juan sin tierra (1975).

Desde finales de los años sesenta su pasión por el mundo árabe se integró en sus creaciones hasta convertirse en elemento fundamental de su obra, especialmente de la ensayística: El problema del Sahara (1979), Crónicas sarracinas (1981) y Estambul otomano (1989), así como en la novela Makbara (1979).

Publicó artículos en la prensa española, en particular en El País, para el que fue corresponsal de guerra en Chechenia y Bosnia. Fue un crítico de la civilización occidental, a la que contempló desde una óptica periférica. Desde la muerte de su esposa, Monique Lange, en 1996, fijó su residencia en Marrakech, Marruecos.

Su humor e ironía aparecen en la novela Paisaje después de la batalla (1982) y en la autobiografía Coto vedado (1985), donde ofrece testimonio de sus relaciones con los escritores de la escuela de Barcelona.

Otras obras suyas son Las virtudes del pájaro solitario (1988) y La cuarentena (1991). Sus artículos periodísticos fueron recogidos en Disidencias (1977) y en Contracorrientes (1986).

Recibió distintos reconocimientos internacionales, entre ellos el Premio de Ensayo y Poesía Octavio Paz (2002) y el Premio Juan Rulfo (2004). También recibió el Nacional de las Letras, el Premio Formentor, el Europalia de Literatura, el Rachid Mimumi de París a la tolerancia y a la libertad, y el Nelly-Sachs (Dortmund, Alemania, 1993).

En 2012, Juan Goytisolo afirmaba que dejaba la narrativa para siempre: “Es definitivo. No tengo nada que decir y es mejor que me calle. No escribo para ganar dinero ni al dictado de los editores”.

En el 2014, fue distinguido por el galardón más importante de las letras en español, el Premio Miguel de Cervantes de las Letras, por su capacidad indagatoria en el lenguaje y propuestas estilísticas complejas desarrolladas en diversos géneros literarios. En ese mismo año, fue presidente del Jurado del Premio Internacional Carlos Fuentes.

Goytisolo, formó parte de una estirpe de intelectuales y creadores que enarbolaron durante su vida el estandarte de la libertad y le plantaron cara al fascismo, al totalitarismo, a la injusticia y a la desigualdad. Siempre mantuvo aquellos temas en un prolífico debate intelectual con grandes pensadores del siglo XX: Octavio Paz, Carlos Fuentes, Pere Gimferrer o Rafael Sánchez Ferlosio, entre otros.

En alguna ocasión rememoró la importancia que tuvo México en la publicación de sus primeros libros, cuando el régimen franquista lo tenía censurado por su pensamiento crítico. Además de su labor estrictamente literaria, Goytisolo fue un intelectual influyente, colaborador habitual en prensa y crítico del mundo contemporáneo.

Juan Goytisolo será enterrado en el cementerio civil de Larache (norte de Marruecos), así como lo determino en vida, deseando no ser enterrado en un cementerio católico, según lo informaron fuentes consulares españolas que se han hecho cargo del sepelio del escritor.