Sistema electoral rebasado

Carlos Alberto Pérez Cuevas

No debemos perder la fe en la humanidad que es como el océano:

no se ensucia por que algunas de sus gotas estén sucias. Mahatma Gandhi

Hoy estaremos viviendo la jornada electoral más complicada en los últimos años de la incipiente democracia en nuestro país. Más de 11 millones de electores en el Estado de Mexico, 2 millones 53 mil 930 en Coahuila, 5 millones y medio de Veracruz y 815 mil de Nayarit; suman un total de casi 19 millones de electores que elegirán a sus gobernantes para los próximos seis años en el caso de los gobernadores del Estado de México, Nayarit y Coahuila.

Lo que debió de ser una fiesta de la democracia y la oportunidad de votar de manera libre por las autoridades que se encargarán de regresar la paz y la tranquilidad a nuestras entidades, de depositar la confianza en quienes deberán ejercer los recursos púbicos para el beneficio de la colectividad. Por desgracia se convirtió en una guerra de ataques, para terminar todos enlodados.

Sin embargo, la más grave que vimos en estos meses de campaña fue la intromisión de los gobiernos locales y el federal. Vimos secretarios de Estado, gobernadores y altos funcionarios entregando obras, programas de beneficio social, tarjetas prepagadas, ascensos nominales y bonos por productividad a funcionarios y servidores públicos.

En los planos más graves han regalado despensas, tinacos, dinero en efectivo y han llegado a la amenaza y el chantaje contra los ciudadanos sobre la pérdida de los programas sociales donde se encuentran inscritos. Autoridades compradas, otras trabajando a modo del gobierno y sus intereses.

Una elección de Estado han denunciado varios de los candidatos que participan en esta contienda. Mientras tanto los árbitros electorales parecen no existir. Ni sufren ni se acongojan, se echan la responsabilidad entre los locales y los nacionales, pero nadie da solución al respecto.

Las encuestas no permiten arribar a un escenario cierto, hay mucha contradicción entre ellas y arrastran el desprestigio de haber errado en los procesos electorales pasados en donde prácticamente todas fallaron. También debe de sumarse la incursión de algunos medios de comunicación y sus generadores de opinión totalmente cargados a favor de los candidatos del gobierno en los casos de Nayarit, Coahuila y principalmente en el Estado de México, donde se juegan el todo por el todo. Seguramente este proceso electoral terminará judicializado con las impugnaciones en los tribunales.

Estos comicios arrojan un descontento ciudadano y un descrédito de partidos políticos, candidatos y autoridades electorales. El sistema electoral y su entramado jurídico esta rebasado, ya no da para más en este juego de simulaciones.

Llegó el momento de poner el piso parejo, cambiar el sistema y tratar de construir un nuevo proceso electoral con reglas. Porque indistintamente de quien gane, lo único real y cierto es que hoy perdió la democracia.

@perezcuevasmx

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