Me tocó escuchar un aleccionador diálogo entre dos brillantes analistas políticos: un joven antisistémico, Ignacio Ramírez II (IR); otro conservador, de edad madura, Lucas Alamán II (LA), a propósito de las recientes elecciones y sobre las lecciones que de ella pueden derivarse. Lo transcribo como una interesante reflexión. Ambos coincidieron en que ya se inició la cuenta regresiva para la elección de 2018.

IR: El PRI la “libró” en el Estado de México. Era cuestión de supervivencia política. Fue una importante victoria, ¡aunque “pírrica”! La primera lección es que el PRI “no eche las campanas al vuelo”. En el Estado de México perdió un millón de votos, obtuvo la mitad que hace 6 años con alto voto negativo. Tuvo una desastrosa derrota en Veracruz y en Nayarit, y una victoria cuestionada y desaseada en el feudo Moreira en Coahuila, siempre bajo el estigma de la corrupción. La buena noticia es que AMLO, si bien gana terreno, gracias a él mismo, es vencible; la honestidad valiente se volvió “cuestionable”.

LA: Hay que reconocer que en Edomex se dieron condiciones especiales para el PRI que tiene allá la maquinaria política “mejor aceitada”. El gobierno y Eruviel Ávila hicieron una estrategia inteligente: sembraron la discordia con Josefina; impulsaron y probablemente financiaron a Zepeda, una gran revelación. Fraccionaron la elección entre varios candidatos; el gasto preelectoral y electoral fue enorme.

IR: Los “duros” pueden extraer la errada conclusión para 2018 de que se puede repetir el numerito: ganar con el peso de la maquinaria y del presupuesto y fraccionando la oposición de izquierda, con un PAN muy dividido. ¡El riesgo es el 3er lugar!

LA: Otra lección es que para ganar pueden requerirse alianzas. La elección del Estado de México es un espejo de lo que será previsiblemente la elección federal. Los que estuvieron cerca de ganar tienen alrededor de un tercio de los votos. Aparte de la escasa legitimidad, no les alcanza para ganar con holgura, cualquiera puede ganar o perder. Aunque las alianzas son difíciles si la hubieran logrado el PAN-PRD o PRD-Morena, habrían ganado cómodamente.

IR: La pregunta para 2018 es qué alianzas podrán darse: una de la izquierda: PRD-Morena, casi aseguraría el triunfo, pero con increíble torpeza parece al menos formalmente descartada; una PRD-PAN, que aunque es “contra natura”, ya dio muy buenos resultados, o si el PRI, superando el exceso de confianza, pueda buscar alguna. ¡Sin ella no gana! Lo importante sería ir más allá de coaliciones efímeras o artificiales y buscar coaliciones de gobierno con plataforma común para asegurar gobernabilidad. Todo se complica con un INE desprestigiado.

LA: La otra lección es que el PRI, para competir o aliarse, requiere al mejor candidato. Alguien con intachable honestidad, con probada experiencia de gobierno, que cuente con el apoyo de la base del PRI, pero que sea aceptable fuera de él, particularmente de los jóvenes. Como ejemplo de ello, la gente menciona a: Narro, que debe difundir que es un “joven” de solo 68 años, casi la edad de AMLO; Meade, con un pie en dos partidos, también gustaría en Banco de México. Se dice que no debe ser ninguno de la trilogía del círculo íntimo.

IR: Sobre esto, quiero hacerte una reflexión: este gobierno ha sido de “claros y oscuros”. Hay secretarías que han hecho bien su función, como Salud, Hacienda, Agricultura, Turismo, Fuerzas Armadas (¿ejemplos sin malicia?). Son dos los grandes problemas que han manchado el régimen: 1. La corrupción, que vox populi ubica como su principal incubadora en la Secretaría de Comunicaciones, y en Pemex, los mayores escándalos: Higa, OHL, las licitaciones desaseadas, los chinos; Odebrecht, etc. Contrasta la forma limpia como Energía ha blindado y ejecutado sus operaciones. 2. La otra, la violencia y la inseguridad. Aquí la absoluta ineficacia se atribuye a Gobernación: la equivocada absorción de la Secretaría de Seguridad, que la indigestó, la indefinición del sistema policiaco; no evitar el absurdo de que la culpa de Ayotzinapa injustamente recayó sobre el presidente, los “huachicoleros impunes” y, sobre todo, los peores resultados en violencia, que superan los de Calderón; ¡con muertos comparados internacionalmente con Siria! La historia de esta administración sería otra, con cambios oportunos en estas dos dependencias.

LA: Otra lección es que les urge al PRI y al PAN designar candidatos. AMLO no ha tenido enemigo al frente. Espero que acelerar este proceso sea tarea de la próxima Asamblea del PRI, aun cuando esté primero el programa y luego el hombre.

IR: Allí ha surgido un problema. He detectado entre mis amigos priistas la mayor indignación que se haya designado, en forma vergonzante, como el “ideólogo” que dice va a hacer el programa, a José Murat, presidente de la Fundación Colosio. Este dejó el mayor desprestigio en Oaxaca. Si se le quiere reconocer su mérito como negociador del Pacto, podría dársele otro premio. ¡El PRI requiere un buen programa, con una fundación prestigiada, que convoque a las mejores mentes y saque el debate del pantano!

Exembajador de México en Canadá

@suarezdavila