Reino Unido y la Unión Europea iniciaron las conversaciones para formalizar la retirada británica del bloque europeo. A casi un año de la victoria del Brexit, David Davis, negociador de Londres, aceptó todas las condiciones de negociación propuestas por Bruselas. Durante una reunión con su homólogo europeo Michael Barnier, Davis afirmó que su país está dispuesto a continuar con el proceso de separación, al que muchos expertos no le auguran que sea fácil. Barbier comentó al respecto  que el asunto “no es cómo se empieza, sino cómo se acaba”.

 Al menos en algo sí coincidieron ambos negociadores: el primer encuentro del Brexit resultó “útil” y “productivo”. El primer punto, considerado como uno de lo más difíciles, era el de acordar cómo se realizará el procedimiento, el cual contempla acordar la separación de los socios europeos y posteriormente dejar en claro el tipo de relación que Londres tendrá en el futuro, sobre todo si se trata de una relación comercial.
En realidad, la transición de Reino Unido para salirse de la Unión Europea no es nada fácil. Hay que ver, por una parte, cómo quedarán los derechos de los ciudadanos de uno y otro bando, por otro lado, Londres tendrá que liquidar un adeudo por haber sido miembro eurocomunitario. Esto significa, revisar los pagos y aportaciones que dio y que recibió del bloque europeo, conforme asentó en sus compromisos con Bruselas.
El tercer punto tampoco es nada simple de resolver, se trata de las fronteras, lo cual puede volverse un problema en el caso de Irlanda, ya que, por una parte, se encuentra Irlanda del Norte (que pertenece a Reino Unido) y la vecina República de Irlanda (adherida a la Unión Europea).
No hay que olvidar que el gobierno de Theresa May, quien había exigido un Brexit duro y rápido, ahora se encuentra en desventaja tras las pasadas elecciones parlamentarias que la dejaron casi con un palmo en la renuncia tras haber logrado formar un gobierno minoritario, con una oposición laborista y demócrata en franca rivalidad.

Sólo para que lo sepan: Las negociaciones sobre la ciudadanía deberán atender el futuro de 3,2 millones de europeos que viven en suelo británico y de 1,2 millones de británicos residentes en territorio eurocomunitario. Aquí, ambas partes deberán aclara cuál será su status y derechos. Respecto a la factura económica, la Unión Europea exige 100 mil millones de euros por compromisos presupuestarios adquiridos que van desde derechos de pensión de funcionarios europeos, préstamos concedidos por el bloque europeo. Se ha abierto una nueva era en la política mundial.