Pablo Iglesias lo intentó hasta el final, pero tendrá que esperar mejores vientos para “echar a Rajoy de la Moncloa y al PP de las instituciones”. Durante dos días en el Congreso de los Diputados, sin límite de tiempo ni de intervenciones, sus largos y tediosos discursos no han servido para sumar ni un solo apoyo más a los que Unidos Podemos había recabado con anterioridad, esto es, Bildu, Compromís y ERC.

Así pues, la moción morada ha resultado un fracaso aritmético, pero ha servido al partido morado para presionar al PSOE y para que Rajoy ponga en solfa las insuficientes simpatías que despierta Iglesias como posible presidente del Gobierno de España. Circunstancias que hacen imprevisible el futuro político que se abre en España a partir de ahora.

Tras dos de las sesiones más intensas que se recuerdan en el Pleno del Congreso, la votación, pública y por llamamiento individual, ha comenzado pasadas las 14:00. Cada diputado tenía que pronunciar, de manera alta y clara, el sentido de su voto: “sí”, “no” o abstención. No había espacio para la sorpresa, y no la hubo: Pablo Iglesias ha sido rechazado como presidente del Gobierno.

Al final el recuento ha quedado así: 82 votos a favor, 170 en contra y 97 abstenciones; además, se ha registrado una ausencia. Para prosperar, una moción de censura necesita el apoyo de al menos la mitad más uno de los diputados del Congreso, es decir, 176. Así pues, y como estaba previsto, la Cámara Baja ha tumbado la iniciativa morada.

Podemos: coqueteo con el PSOE y encontronazo con Cs

De momento, el inquilino de la Moncloa no cambia, es cierto, pero el coqueteo visto este miércoles entre el “nuevo PSOE” y Podemos deja la puerta abierta a cualquier escenario en el futuro. Ambos partidos se van a necesitar, y lo saben.

Con un tono casi condescendiente, Iglesias tendió la mano a Ferraz, y José Luis Ábalos, que buscaba el equilibrio para no entregarse abiertamente a Podemos, disparó todas las especulaciones. “Recojo el guante, estamos dispuestos a construir una mayoría alternativa para desmontar las políticas injustas del PP”, dijo el socialista, que marcaba territorio hablando de una “izquierda de gobierno, pero valiente”: “Ahí nos va a encontrar siempre”.

El portavoz provisional del PSOE, que se estrenó con duras críticas al Gobierno y una defensa de la abstención, ha reprochado a Iglesias que esta moción de censura solo vaya a servir para “fortalecer” a Rajoy y “consolidarle un poquito más”. Con el pinchazo morado el presidente gana, pero el líder de Podemos también se siente vencedor.

Acercamiento al PSOE y alejamiento absoluto de Cs. No obstante, el líder morado y Albert Rivera han protagonizado el cara a cara más bronco de todo el debate de la moción, un cuerpo a cuerpo más acusado, incluso, que el que se marcaron la víspera Rajoy e Iglesias o Rajoy y Montero. El morado y el naranja bajaron al barro y subieron el tono. Reproches y acusaciones, que en momentos rozaron la descalificación.

“Demoliciones Iglesias”, ha resumido el presidente naranja las políticas moradas; “No sirven para nada más que para sostener al PP”, ha insistido Iglesias. Sus desencuentros son habituales, pero este miércoles han tenido uno de sus rifirrafes más duros. A pesar de ello, Rivera ha recobrado el tono constructivo cuando se ha ofrecido a pesar de sus “diferencias”: “Ustedes nos van a tener siempre disponibles. Eso sí, mirándonos siempre con respeto y de igual a igual”.

El último nombre propio del día ha sido el de Rafael Hernando. El portavoz del Grupo Parlamentario Popular subía a la tribuna de oradores con su habitual tono bronco. Pero la tensión aumentaba y la polémica se elevaba cuando hacía una referencia personal a Pablo Iglesias e Irene Montero: “Hay quien dice que [ayer] estuvo mejor la señora Montero que usted, pero no diré yo esto porque, si no, no sé qué voy a provocar en esa relación”. El popular puso también la guinda a un pastel que había comenzado a hornearse en martes 13: “Acepte su fracaso. Usted nunca será presidente del Gobierno”, espetó.

Corrupción, economía, educación, Justicia… Dieciséis horas después de que se iniciara el debate, el Congreso confirmó lo que ya se sabía desde que fuera anunciada la moción de censura a finales del pasado abril: la Cámara Baja rechaza a Iglesias como presidente del Gobierno. Eso sí, Podemos presiona al PSOE “para echar al PP”, los socialistas recogen el guante, Ciudadanos pide que “se permita que el país siga en marcha” y Rajoy, aunque no convence, gana tiempo “para seguir trabajando por España” y saca a relucir las insuficientes simpatías que despierta el líder morado como posible jefe del Ejecutivo.