Elecciones 2017

Armando Reyes Vigueras

Los comicios del pasado 4 de junio supusieron para Acción Nacional una prueba interesante, no solo por la posibilidad de incrementar el número de gubernaturas en su poder, sino por el debate interno de cara a 2018.

El escenario muestra a los militantes divididos en temas como el método de selección, alianzas, así como la influencia del bloque de gobernadores, algo que Francisco Domínguez Servién, de Querétaro, ha expresado.

Resaltan las palabras de Cecilia Romero, exdirigente nacional y diputada federal: “el PAN solito no va a ganar la Presidencia, Acción Nacional la puede ganar con alianzas ciudadanas”.

Un panorama complicado. Siempre! platicó con los responsables de las fundaciones de estudios panistas, Luis Felipe Bravo Mena, de Humanismo Político; Aminadab Pérez Franco de la Miguel Estrada Iturbide y Fernando Rodríguez Doval de la Rafael Preciado Hernández. Cada uno aportó su particular visión que refleja la manera en que en el partido se viven estos momentos.

Una lucha nada fraterna: Pérez Franco

Para el director de la Fundación Estrada Iturbide, el PAN “vive un momento más complicado que lo que ha sido la campaña electoral, en especial la del Estado de México, complejo, porque ahora queda de frente la lucha —que no será nada fraterna— por la candidatura presidencial”.

Militante de décadas, Aminadab Pérez Franco recordó que “van a arreciar los reclamos para que Ricardo Anaya deje la presidencia del partido, pues ha habido mucha presión de Moreno Valle y Margarita Zavala en ese sentido”, a lo que se suma que es una fuerza electoral al alza y ha obtenido un número inédito de gubernaturas, pero “es una incógnita el papel que jugarán en este proceso los gobernadores”.

Uno de los temas que, reconoció, genera discrepancia en el interior es lo relativo a las alianzas. “En mi opinión”, aclaró, “me parece lamentable que dirigentes del PAN no confíen en el partido, decir que no gana solo es una forma de minimizarlo, el año pasado ganó varias gubernaturas solo. Parece cómodo formar una alianza, sobre todo cuando no hay trabajo político previo, sin una estructura organizada, con fallas en el trabajo interno, en lugar de trabajar y sumar aliados por su propia fuerza, recordando lo que dijo Castillo Peraza, que se tiene la ilusión de que la suma de debilidades genera fuerza”.

La agenda que visualiza para el futuro inmediato, una vez superado el episodio electoral, pasa por la elección del candidato presidencial para 2018, así como el método de elección.

 “A los panistas de toda la vida nos gustaría que fuera mediante elección de militantes. El problema es que los aspirantes están empujando en los órganos de dirección un método que los pudiera beneficiar, esa es la pugna que va a haber”.

Nuestro entrevistado concibe un panorama positivo para el blanquiazul en el futuro inmediato, “similar a lo que pasó en 1999, tiene rápidamente que resolver quién será el candidato presidencial, consensuando dos temas: resolver el método para elegir candidato y hacerlo lo antes posible, a más tardar en septiembre, para que el candidato tenga tiempo para trabajar; y lo segundo es establecer en qué condiciones va a pedir que se le unan en una alianza, fijando los términos para esto, pues es el partido la opción ganadora”, concluyó.

Enfilar baterías hacia 2018: Rodríguez Doval

Responsable de la comunicación del partido y de la Fundación Preciado, Fernando Rodríguez Doval explicó a Siempre! que tras los comicios de junio el PAN debe enfilar todas sus baterías hacia 2018 impulsado por los positivos resultados obtenidos en los dos últimos años.

 “Quedará claro que Acción Nacional es la alternativa para el país, una mayoría de la población no califica bien este gobierno y quiere que el PRI se vaya, y el cambio no lo puede encabezar Morena, por su populismo trasnochado”, sostuvo.

Contrario a nuestro entrevistado anterior, Rodríguez Doval aclaró que los tiempos están establecidos en la ley, “no es posible que un partido los adelante y debemos cumplir con ellos”, aunque reconoció que debe darse “un diálogo franco e intenso para definir quién va a ser el candidato presidencial, pero también para definir todas las demás candidaturas, pues el próximo año se renuevan 9 gubernaturas, el Congreso de la Unión y también deberá haber un diálogo para la plataforma electoral”.

Acerca del desafío que implica tener tantos gobiernos estatales, el vocero panista reconoció varios retos, “el primero de ellos es que estos gobiernos den resultados, con un acompañamiento del partido, para que convenzan de que somos la opción de cambio”.

Nuestro entrevistado aceptó que hay interés en la definición de quién será el candidato presidencial, pero no hay que perder de vista “que necesitamos un partido unido y fuerte, para que nuestro candidato sea reconocido por la ciudadanía y electoralmente competitivo”, además de que en materia de alianzas, “no se ha discutido en el interior del partido, ni se tiene tomada una decisión, existe una alternativa que se debe discutir; todas las alianzas se han dado a partir de una deliberación interna, las estructuras estatales las solicitaron por lo que ninguna se ha impuesto. Se ha mencionado la posibilidad, al igual que la segunda vuelta”.

Fernando Rodríguez consideró que pese a que hoy se tienen seis aspirantes en busca de la candidatura presidencial, esto se irá decantando una vez que se lance la convocatoria, aunque de momento es positivo, “habla de un partido que tiene liderazgos y genera atención en la opinión pública. En estos momentos nos fortalece”.

Bien colocado para 2018: Bravo Mena

Para el expresidente nacional del PAN y excandidato al gobierno del Estado de México, Luis Felipe Bravo Mena, hay una buena perspectiva de cara al reto electoral del año entrante, lo que obliga a establecer una ruta estratégica para alcanzar el objetivo.

“Me parece que el PAN está bien colocado para 2018, será uno de los competidores para el año entrante, el gran reto es encontrar el mecanismo para que en unidad encontremos al candidato presidencial y resolver también el tema de la alianza para construir un gran frente”.

Confiado en que su partido será un actor de primera línea, nuestro entrevistado se mostró contrario a la opinión de que urge elegir al abanderado para la competencia electoral del año entrante. “Quienes piden eso son quienes han levantado la mano, pero me parece que es un poco ventajoso, pues se tiene que hacer dentro de las normas establecidas en el partido sin discriminar a nadie”.

Acerca del método de elección, consideró que debe incluir “una valoración con diversos liderazgos para sopesar qué tipo de liderazgo esperan los mexicanos, tiene que ser un estudio profundo porque no basta que en las encuestas salgan bien posicionados”.

El también director de la Fundación Humanismo Político llamó a establecer una ruta para definir las reglas para elegir candidato, “que contemplen los métodos para formar una alianza, así como las características que el entorno exige para presentar el tipo de candidato a la ciudadanía, así como el programa y el proyecto, en qué se va a distinguir el PAN en una lucha política crucial como será la de 2018”.

La batalla será, estimó, entre la alternativa humanista que ofrezca Acción Nacional y “el populismo mesiánico de la opción de López Obrador y el populismo tecnocrático, como es el ejemplo de la tarjeta rosa en el Estado de México”.

Bravo Mena descartó que se forme un bloque de gobernadores en busca de influir en el proceso de elección del candidato, “sería ir en contra de la historia del panismo”, además de recordar que, en 2000, “insisto en que el país necesita una convergencia de fuerzas para presentar un programa de rehechura del Estado mexicano, para resolver las cosas que solamente con una fuerza política plural vamos a poder encarar”.

La agenda interna

Luego de las elecciones del pasado domingo, el PAN deberá abocarse a resolver una complicada agenda interna, en la que sobresalen temas como:

  1. La depuración del padrón interno, el cual ha sido motivo de quejas de los aspirantes a la candidatura presidencial por falta de confiabilidad.
  2. El método de elección del candidato presidencial, el cual podría ser mediante votación directa de los militantes, pero con la consideración de que el padrón mantiene irregularidades, por lo cual se podría explorar otro método.
  3. La necesidad de definir cuándo se debe elegir al abanderado presidencial. Ricardo Anaya debe decidir respecto a sus aspiraciones y la posibilidad de dejar la presidencia del partido.
  4. La definición de la política de alianzas, un tema que ha dividido a los militantes, a fin de conocer la ruta o las condicione para aceptar la incorporación de otras fuerzas políticas.
  5. La conformación de la Comisión de Elecciones, la cual establecerá el método y la etapas para la elección del candidato presidencial, con representantes de los aspirantes garantizando un proceso equitativo.

@AReyesVigueras

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