Si hay alguna palabra que pueda definir al fiscal general Jeff Sessions, esa sería: No. Al menos así lo ha dejado entrever la prensa internacional al referirse a su comparecencia con el Comité de Inteligencia del Senado respecto a las investigaciones sobre la interferencia de Rusia en las elecciones, en la que aparentemente Trump salió victorioso apoyado por un ciberataque que debilitó la campaña de Hillary Clinton.

El panel investigador le preguntó sobre sus vínculos con Rusia, específicamente acerca de si sabía que otros miembros del equipo gubernamental se estaban reuniendo con funcionarios del Kremlin, acerca de sus reuniones con el controvertido embajador ruso Sergei Kislyak, asimismo sobre su reacción al despido del ahora ex director del FBI, James Comey y principalmente del porqué lo dejó solo con Trump cuando éste le pidió que lo acompañara en la reunión y a sabiendas de la presión que ejercía sobre él.

Las respuestas de Sessions

Sobre Rusia, “No tuve reunión privada, ni conversación con un oficial ruso en el hotel Mayflower”; sobre vínculos de Trump con Rusia, “No puedo abordar discusiones privadas que haya tenido con el presidente Trump”.

Sobre la implicación rusa en las elecciones: “No me recusé debido a que yo había hecho algo indebido en la campaña sino debido a una regulación que dice que los empleados de los departamentos no deben participar de una investigación de una campaña si fueron parte de ella. Nunca me he reunido con ningún ruso con respecto a alguna campaña de elección de Estados Unidos”.

Sobre James Comey: “Se preparó un memorándum por el fiscal general adjunto (para sugerir despedir a James Comey) y estuve de acuerdo con ello… tener un comienzo fresco en el FBI”.

El tema de Comey lo hizo desvariar

Aunque Sessions parecía mantenerse ecuánime, por momentos perdía el control y contestaba molesto como cuando el senador demócrata por Oregon, Ron Wyden, le preguntó porqué había violado su recusación firmando la carta de despido de Comey. Visiblemente enojado Sessions contestó: “No violé mi recusación. Ésa sería la respuesta a eso que usted pregunta. La carta que firmé representaba mi punto de vista”, dijo.

Cuando Robert Mueller, el fiscal especial encargado de las investigaciones de la trama rusa, salió a la escena de las investigaciones, Sessions afirmó que confiaba en él, pero que no tenía idea de si Trump confiaba en Mueller. Asimismo, señaló que se sometería “a comparecer ante este o cualquier comité… cuando sea debido”.

Sólo para que lo sepan: Jeff Sessions fue senador de por Alabama en 2005. En ese entonces, Trump le comunicó que tenía intenciones de entrar en la carrera por la presidencia y Sessions le manifestó su apoyo. Es considerado como una persona con tendencias racistas, y con un amplio apoyo a las medidas antimigratorias. Es uno de los tres personajes del gabinete trumpiano, junto a Michael Flynn (ahora bajo investigación) y Stephen Bannon que han intentado construir una política islamofóbica en Estados Unidos.