Entrevista con Marcela Bravo Ahuja/Profesora investigadora de la FCPyS-UNAM

Nora Rodríguez Aceves

No se pueden hacer pronósticos sobre la elección del Estado de México (Edomex) porque es una elección muy cerrada entre el PRI y Morena, hasta el cierre de la campaña algunas encuestas daban a uno arriba y al otro abajo y luego al revés otras.

En el escenario que el PRI gané la jornada electoral, lo primero que habrá es un conflicto poselectoral muy fuerte. “Hay elementos de reclamo suficientes, como los gastos de campaña, el gobierno estatal y el gobierno federal, sobre todo, metieron dinero en la campaña, el número de giras que tuvieron los funcionarios priistas a la entidad para promover varios proyectos y beneficios gubernamentales, hay elementos suficientes, incluso, para que los partidos piensen en anular la elección, señala Marcela Bravo Ahuja Ruiz, profesora e investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Marcela Bravo Ahuja, Profesora investigadora de la FCPyS-UNAM

Para la especialista en partidos políticos y sistema electoral, “si Alfredo del Mazo logra retener el gobierno estatal, el PRI tendrá boleto para entrarle al 2018, tendrá una posibilidad, que no significa que gane la elección presidencial”, así lo dice la historia electoral del país.

“El Revolucionario Institucional ganó en 1999, pero perdió los comicios para elegir presidente de la república en 2000; ganó con un gran margen la elección de 2005, pero en 2006 volvió a perder. Por tanto, no le asegura el triunfo al PRI en 2018, pero es una condición”, explica la investigadora.

“Es el único escenario que hay si el PRI gana, a menos de que Alfredo del Mazo tenga la capacidad de hacer un gran acuerdo con el PRD que le sume fuerza para poder gobernar, aunque eso se ve muy complicado”.

En contraste, Marcela Bravo Ahuja advierte, “si el PRI pierde, ya no tendrá nada que hacer en 2018”, porque es simbólica la fuerza, sobre todo porque le irá muy mal en las otras elecciones, Nayarit y Coahuila es seguro que las pierda, no así la del Estado de México, y no le irá nada bien en presidencias municipales en Veracruz, en donde está por convertirse en tercera fuerza., entonces con los resultados de la jornada electoral de este 4 de junio, el PRI realmente se juega el poder competir por la Presidencia de la República en 2018”.

La imposición de Peña

La doctora y maestra en ciencia política por la UNAM y licenciada en sociología, especializada en sociología política, por la Universidad Iberoamericana, asegura a Siempre! que para el presidente Enrique Peña Nieto sería fatal perder la entidad mexiquense, porque muchos miembros del PRI están enojados con el presidente, y porque le apostó todo a la candidatura de Alfredo del Mazo, a la imposición de este, en lugar de seguir el consejo del gobernador Eruviel Ávila de llevar como aspirante a la gubernatura a alguien del propio gabinete estatal, porque Eruviel tenía a sus propios aspirantes que no tenían cola tan larga que les pisaran como la de Alfredo del Mazo, que procede de una familia que ya dio dos gobernadores en el Estado de México, su abuelo y su padre, como si fuera nobleza y se heredaran los puestos, la cola que le pisan por ser pariente de Peña Nieto, es complicadísimo.

No obstante, Del Mazo “tiene  una gran experiencia, es quien mejor conoce la entidad, ha tenido puestos de elección popular, está en el Congreso de la Unión como diputado federal porque ganó su distrito por mayoría relativa, no por la vía plurinominal. De igual forma ganó en su momento la presidencia municipal de Huixquilucan, pero tiene mucha cola que le pisen y también le achacan muchas cosas que le achacan a los priistas, es decir, finalmente los proyectos del PRI y de Morena no son tan diferentes, pero lo que representan los candidatos, lo que hay detrás de ellos, sí es muy distinto”, señala la politóloga.

Bravo Ahuja apunta: “regresar al poder federal al PRI le está costando casi desaparecer, porque la fuerza que lo mantuvo durante los dos sexenios panistas fue la fuerza de su poder en el ámbito estatal, era el partido que no tenía la Presidencia, pero era el más grande, con más gubernaturas, que pudo jugar de bisagra o a una oposición muy interesante que los llevó a cogobernar con el PAN, por momentos con la mayoría de los diputados locales. Sin embargo, ha perdido muchísima fuerza regional, local, durante el gobierno de Peña Nieto, desde luego tienen que estar muy enojados, pero en un momento dado puede tener aún cierto control —si pierde la elección, menos— sobre la selección del candidato del PRI rumbo a la elección de 2018, aunque siempre existe el riesgo de que se le pueda ir de las manos.

La investigadora del Centro de Estudios Políticos de la FCPyS-UNAM destaca que si pierden los priistas, Peña Nieto se juega su imagen histórica y la gobernabilidad del final de su sexenio. Por tanto, es una jornada en donde se terminará de definir la fuerza con la que cada uno de los partidos políticos llegará  al proceso electoral de 2018. “El Estado de México no solo es un estado simbólico e importante por cómo sucede y se da la política, sino porque es un estado de donde puede provenir bastante del financiamiento para la propia campaña del candidato, por eso es tan importante para el PRI y para el propio Andrés Manuel López Obrador, tener la alcancía del Estado de México y sobre todo con una gobernadora tan débil como Delfina Gómez, sería ideal para él, pues ya vimos cómo se las gasta con asuntos de dinero.

La doctora precisa que no solo es el financiamiento público, “sino el financiamiento chueco hacia las campañas políticas, el financiamiento oculto y poco transparente de la política en México. Las elecciones cuestan muchísimo, por eso la transparencia en el financiamiento es muy pobre y casi imposible, porque hay mucho dinero que llega, y  sigue llegando, desgraciadamente, a los procesos electorales por una vía que no se puede registrar y que está ahí”.

No sería la muerte

Pese al negativo panorama que se vislumbra para el Revolucionario Institucional, Bravo Ahuja no considera que perder la elección sea la muerte para el partido, “porque es un partido que a lo largo de su gran historia ha demostrado una capacidad de transformación bárbara, pero sí sería el golpe más fuerte que hubiera sufrido en su historia. Durante los dos sexenios panistas demostró que es un partido que sabe administrar ser oposición, sin embargo ahorita lo haría con mucho menos  fuerza que lo que tuvo durante esas administraciones”.

Rumbo a 2018

Hay que decir que los comicios en el Estado de México son considerados como un termómetro para la elección presidencial del 2018, porque aquí se concentra cerca del 15 por ciento del padrón electoral del país; el 67.2 por ciento del territorio de la entidad es dominado por el PRI, por lo que el estado es uno de sus bastiones; en poco más de 70 años no ha habido alternancia en la gubernatura, porque le proporciona un gran impulso al partido triunfador, fondos para la campaña e influencia política sobre el estado más grande del país.

@noraaceves8

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