Entrevista con Hernán Molina | Analista Político

 

El momento de la verdad llegó finalmente. La comparecencia de James Comey, ahora exdirector del FBI, sobre las acciones que motivaron su despido por parte del presidente Donald Trump, así como las presiones que sufrió de él mientras estaba a cargo de la agencia federal y de las investigaciones sobre la intromisión rusa en las elecciones que lo llevaron al poder, quedaron nuevamente en el aire. La audiencia fue seguida por millones de ciudadanos como si fuera un magno evento deportivo. Se dice que la población llegó a reunirse en bares y cantinas para ver el interrogatorio que podría haber tenido un serio impacto en el gobierno del magnate inmobiliario.

Todo parecía iniciar bien. Ante el Comité de Inteligencia del Senado, Comey descubrió la peor faceta de Donald Trump, al que acusó de mentir y difamar, así como de establecerle directrices personales y hasta dejó entrever que el mandatario quería “obtener algo” a cambio de mantenerlo en el puesto. Hasta aquí, los cuestionamientos intentaban descubrir el entramado de Trump para influir en el trabajo del FBI, agencia que supuestamente debe ser independiente de la voluntad del mandatario, con una abierta intención de descubrir si éste ha obstruido la justicia y las labores de inteligencia, algo que lo llevaría a un seguro juicio político semejante al caso de Richard Nixon y el Watergate. El panel legislativo fue directo al preguntar a Comey si creía que Trump estaba incurriendo en este aspecto. La respuesta que se esperaba no llegó y solo se abocó a expresar que lo declararía en un foro privado.

Para el analista político y estratega estadounidense Hernán Molina, la comparecencia tenía una gran expectación tanto por parte de los republicanos y del mismo Donald Trump, como de los representantes del Partido Demócrata, que son lo que lideran la posibilidad de llevar al mandatario a un posible impeachment. En entrevista con Siempre! Molina señaló que el exdirector del FBI se mantuvo prudente en la mayor parte de la comparecencia, aunque algunas de sus declaraciones sí permitieron conocer detalles que hacen suponer que la telaraña de la trama rusa, el intento por obstruir las labores de las agencias de inteligencia y su necesidad por crear un círculo de favoritismos en su gobierno, tendrán una más clara definición durante la reunión en privado que sostendrán James Comey y el panel legislativo.

 

Hernán Molina.

Kushner, parte del conflicto de intereses

¿Qué le pareció la comparecencia de James Comey? ¿Fue lo que realmente se esperaba de él?

Tanto de parte del presidente, que obviamente dependiendo de lo que hubiera dicho Comey podía tener una situación complicada o menos complicada, pero también para los aliados republicanos del presidente. Por otra parte, también los demócratas estaban expectantes de esta comparecencia del exdirector del FBI, James Comey, en el sentido de que divulgara qué fue lo que pasó, porque ellos tienen la intención de perseguir esto hasta las últimas consecuencias. Si embargo, estamos hablando de una cuestión política, pues los demócratas están decididos a ganar esta pelea y esperaban que Comey  dijera que el presidente lo ha presionado. Pero aparte de eso, también la sociedad quiere saber si los rusos y, más allá de la conversación general, si estos han estado envueltos en colaboración con la campaña de Trump.

Recientemente, Trump designó a un nuevo director del FBI, se trata de Christopher Wray, quien es conocido como un político profundamente republicano y alguien que puede ser un gran aliado de Trump, ¿qué impacto tendría esto en las investigaciones sobre la trama rusa? ¿Podrían desviarse de su propósito como se lo pidió a Comey en su momento?

No necesariamente, hay que esperar cómo se desempeña esta persona en la audiencia pública. El todavía tiene que ser confirmado ante el Senado y, hasta entonces, no podemos ni siquiera especular  sobre cuál sería su estrategia. Hasta cierto punto es un personaje todavía desconocido. Hay más dudas sobre quién es que sobre lo que va a hacer.

La trama rusa ya comenzó a extenderse hasta la familia de Trump. A su yerno Jared Kushner se le está implicando en la gestión de los negocios de Trump con Rusia, ¿cuál es su opinión al respecto?

El tema de Jared Kushner forma parte más bien del conflicto de intereses que muchas personas han objetado respecto a que el presidente y miembros de su familia tengan estas relaciones comerciales con una oficina tan influyente como es la del presidente de Estados Unidos, que tiene mucho poder. Yo creo que hay varios casos entre el límite de lo aceptable y no aceptable, pero por ahora es muy borroso y serán los jueces quienes decidan si se ha violado la ley o no. Pero obviamente hay una especulación política y ambos lados dicen lo que les conviene.

Previo a esta comparecencia, James Comey le pidió al fiscal general Jeff Sessions que defienda más al FBI que a la Casa Blanca, ¿estamos tal vez viendo a un Comey que nos está diciendo que sus testimonios podrían ser bloqueados?

El fiscal general se supone que tiene que ser objetivo. Tiene que abogar por que las leyes se respeten, sobre todo en un caso en que se determina que la ley ha sido violada, que la procuración de justicia se haga independientemente de quiénes son las personas involucradas. Esa petición es normal, es algo que esperamos todos los ciudadanos no solo en un asunto con Comey o de personas que son parte del gobierno. Lo que espera el pueblo es que la ley se cumpla. Sin embargo, Jeff Sessions no deja de ser una persona ligada al poder y que además hay que precisar que él viene del ala política; no de la carrera judicial.

Realmente pareció que Comey no quiso revelar mucho de lo que se esperaba que hiciera, fue algo que pareció más montado para la prensa, ¿qué impresión le dio la comparecencia?

Yo creo que lo que dijo Comey hoy ayuda a clarificar algunas de las cosas, pero quedaron muchas preguntar por responder. Obviamente los senadores van a poder acceder a información más profunda en la sesión privada. Comey dijo cosas importantes, cómo fue que lo difamaron, y que Trump mintió. Eso realmente cuestiona el carácter y la credibilidad de la Casa Blanca.

Sabíamos que Rusia sí interfirió

¿Con estos elementos podemos decir que Trump se está acercando a un posible impeachment?

El tema del impeachment es exclusivamente político, porque no es en una corte de ley donde lo van a enfrentar con un juez y un jurado; es más bien un proceso político. Para que se dé esto, tiene que haber una mayoría en las cámaras de representantes y yo dudo de que lleguemos a eso porque en las cámaras no se van a prestar a eso. Más allá de si los republicanos se pudieran prestar a eso, también tendría que haber ciertas condiciones políticas y ciertos hechos que conduzcan directamente a un caso de impeachment. Es preciso tener más información y una investigación más profunda que es la que va a llevar adelante el fiscal especial Robert Muller, y después de eso, hay que ver si realmente hay algo que permita llevar el caso tanto a las cortes criminales o a la corte penal como un proceso de juicio político en el Congreso.

Sin embargo, quedó confirmado que Rusia sí interfirió en las elecciones presidenciales… y no sólo en estas, sino que lo ha hecho en otras anteriores, ¿qué tenemos al respecto?

Rusia lo hizo particularmente porque estaba en completo desacuerdo con la política de Estados Unidos y los aliados en Europa del Este, sobre todo en los países que antes estaban en la órbita de la Unión Soviética. Ellos quieren devolverle un poco el favor. Eso de que Rusia había interferido en las elecciones ya lo sabíamos y hasta hubo un reporte conjunto de las agencias de inteligencia estadounidenses que confirmaba lo que en su momento era una sospecha.

Lo importante que va a dar a luz es que hay que esperar la investigación de Robert Muller, que es la que puede llegar a determinar si realmente hubo colusión entre la campaña de Trump y los rusos para ganar las elecciones, pero hay que esperar, porque todavía no contamos con información al respecto.