Dicen los grandes del cine que sin los aplausos, ningún espectáculo vale la pena. Lo anterior se aplica a Donald Trump, quien aseguró que su presidencia es la mejor que ha tenido la Unión Americana; es aquí donde su equipo gubernamental lo llenó de aplausos calificándolo como un líder extraordinario. Tras bambalinas, se pueden ver otras cosas: un comité senatorial que investiga los vínculos del magnate y sus allegados con Rusia, un cuarto veto a sus restricciones de visas a países musulmanes, y para colmo los fiscales de Maryland y Washington acaban de interponer una demanda judicial en su contra por violación de normas anticorrupción establecidas en la Constitución.

Ante periodistas de la fuente, Trump afirmó: “yo diré que nunca ha habido un presidente, con pocas excepciones… que ha promulgado más leyes, que ha hecho más cosas que las que hemos hecho nosotros”. Después, llegó el besamanos donde todos sus sonrientes integrantes de su gabinete, prácticamente se deshacían en halagos; una oleada de elogios que destacaba el gran honor y privilegio de trabajar con un presidente de tal magnitud.

La ola de elogios

Ahí pudo verse a Reince Pribus, jefe del gabinete, agradeciendo al presidente la oportunidad de trabajar con él: “es una bendición de cumplir su agenda”. El secretario de Trabajo, Alex Acosta dijo: “es un privilegio para mí estar aquí. Gracias por su compromiso con los trabajadores estadounidenses”, al tiempo que la secretaria de Educación, Betsy De Vos, aseguró que era “un privilegio servirle”,

El evento recordó el culto a la personalidad de aquellos grandes estadistas y dictadores de la Unión Soviética, la Alemania nazi y ahora de los Estados Unidos de Trump. Algunos medios estadounidenses incluso compararon la situación con las reuniones que encabeza Kim Jong-Un, donde es regodeado con un profundo culto a la familia Kim desde los años 40, cuando asumió el poder.

La percepción de la prensa

Su actitud contrastó enormemente con la actitud que ha tenido el jefe de la Casa Blanca con los medios de comunicación a los que ha tildado de difundir noticias falsas, sus restricciones a dar más conferencias de prensa y su evidente intención de tener el mínimo roce con los miembros de la prensa. Para el reportero Chris Ciillizza, de CNN, esto fue otra cosa que “la reunión de gabinete más extraña jamás (vista)”; algo que también el New York Times calificó de “inusual”. El jefe del gabinete, Reince Priebus, en medio de una constante especulación de que su empleo está en peligro, declaró: le damos (al presidente) las gracias por la oportunidad y bendición de cumplir su agenda.

La burla demócrata

El demócrata Chuck Schumer, no se aguantó las ganas y convocó a una sesión con su equipo de trabajo para parodiar la reunión de gabinete de Trump. Primero lo anunció en redes sociales como: “¡GRAN reunión hoy con el mejor personal de la historia del mundo!”, luego sus allegados le responden con la ola de elogios que van desde “usted tiene un gran cabello, nadie tiene mejor cabello que usted” como el de “sólo quiero decirles, gracias por la oportunidad y la bendición de servir a su agenda”. Incluso el senador demócrata por Rhode Island, Sheldon Whitehouse, se unió a la parodia diciendo en redes sociales el chiste: “¿Tal vez un poco demasiado ‘Querido Líder’? Gracias senador Schumer por la respuesta de Nueva York”, tuiteó.

A casi medio año de mandato, Trump luce más como un dirigente empresarial, con falta de experiencia política y con un equipo de trabajo que no es capaz de decirle sus fallas, ni siquiera de contenerlas.

Sólo para que lo sepan: este martes el procurador general, Jeff Sessions, será sometido a un interrogatorio semejante al que tuvo el ex director del FBI, James Comey, la semana pasada, ante el Comité de Inteligencia del Senado, para determinar la intromisión de Rusia en la campaña de Trump. Asimismo, la Casa Blanca se ha rehusado en explicar la existencia de o no de grabaciones de las conversaciones privadas entre Trump y Comey y sólo se ha limitado a decir que “habrá un anuncio próximamente”. Sin embargo, mucha gente sospecha que el servicio secreto estadounidense ya fue obligado a anunciar que no tiene ningunas grabaciones o transcripciones de las charlas privadas entre Trump y Comey.