¿Crónica de una destitución anunciada?

 

En fechas recientes ha cobrado fuerza un debate en el que se detallan las similitudes entre las presidencias de Richard Nixon (1969-1974) y Donald Trump (2017); ambas caracterizadas por la emergencia de numerosos escándalos que, en el caso del primero, terminaron por forzar la salida de la Casa Blanca del oriundo de Yorba Linda, California. La cuestión estriba ahora en preguntarse, ¿Trump tendrá la misma suerte que Nixon?

  • Ambos se sirvieron de trucos sucios durante su campaña; Nixon creó redes de espionaje y de difamación, mientras que Trump se benefició de la intromisión rusa sobre los comicios estadounidenses.
  • Ya como presidentes, ambos se caracterizaron por usar arbitrariamente su poder para atentar contra la soberanía de otras naciones; Nixon con los bombardeos secretos a Camboya y Trump con los ataques a Yemen.
  • Se conoce como Watergate a la serie de escándalos que culminó con la renuncia del Presidente Nixon; ésta incluyó acusaciones por espionaje, abuso de poder e intimidación.
  • El evento que precipitó la renuncia de Nixon fue la revelación, en 1972, de una grabación en la que se escucha al mandatario conspirar para obstruir una investigación del FBI en su contra.

  • Como Nixon, Trump despidió al funcionario encargado de dar seguimiento al caso en su contra: James Comey, quien dio cuenta de los intentos del mandatario por obstruir las investigaciones del FBI.
  • A Trump se le acusa de obstaculizar una investigación sobre Michael Flynn, ex asesor de seguridad de la presidencia que renunció tras admitir que mantuvo contacto con el embajador ruso días antes de la toma de posesión del mandatario republicano.
  • Ante el Comité de Inteligencia del Senado, Comey expuso que una semana después de asumir el poder, Trump lo invitó a cenar y le expuso: “Necesito lealtad, espero lealtad”.
  • La presunta coordinación entre la campaña republicana y hackers rusos para dañar a Hillary Clinton ha terminado incluyendo a la Casa Blanca y al propio Presidente Trump por posible obstrucción de justicia.

  • Dado su comportamiento, Nixon fue sujeto a un proceso de impeachment, si bien renunció antes de que éste concluyera; Trump podría correr la misma suerte, sin embargo, hay algunas diferencias clave.
  • El caso Watergate fue manejado por un fiscal especial, independiente de Nixon, lo que permitió una indagación mucho más profunda de los delitos cometidos por el Presidente.
  • Las investigaciones del FBI sobre el caso de espionaje ruso no han logrado todavía demostrar la participación de Trump en el evento; asimismo, se espera que el despido de Comey alargue aún más el proceso.
  • El mandatario niega que haya habido colusión entre él o alguno de sus allegados con Rusia.

  • La presidencia de Nixon se vio marcada por la existencia de un gobierno dividido; fue un Congreso demócrata el responsable de dar inicio al proceso de impeachment en contra del mandatario. 
  • Actualmente, el Congreso se encuentra en manos de un cohesionado Partido Republicano, por lo que Trump no corre riesgo de ser llamado a compadecer por los miembros del legislativo.
  • De perder los republicanos, el año próximo, el dominio del Congreso, puede que Trump termine viéndose sumido en las mismas condiciones que obligaron a Nixon a renunciar.